Santos García, autor del gol que selló la clasificación de Bolivia al Mundial Sub-17, fue el gran protagonista de la jornada histórica en Montería. Tras la victoria 1-0 sobre Ecuador, el delantero expresó su emoción y gratitud, dejando una frase que conmovió a todo el país: “Le hice una promesa al Señor, que, si me ayudaba a pasar al Mundial, yo me arrodillaba”.
El tanto de García no solo fue decisivo, sino también una verdadera obra de arte. El atacante robó la pelota a un defensor ecuatoriano, dejó en el camino a otro rival y definió con un potente remate cruzado de derecha para vencer al arquero. Ese gol no solo aseguró la victoria, sino que marcó el regreso de Bolivia a una Copa del Mundo juvenil después de 38 años.
En sus declaraciones a la transmisión oficial del partido, García dedicó su gol y la clasificación a todo el país: “Agradecer a Dios porque pasan estas cosas, esto es para un país que lo pedía tanto; acá está, Dios es bueno y los tiempos de Dios son perfectos”. Su emoción fue evidente, sabiendo que su nombre ya está escrito en la historia del fútbol boliviano.
Gracias al gol del joven delantero, Bolivia jugará su tercer Mundial juvenil. El último antecedente fue en 1987, cuando la selección nacional disputó el torneo Sub-16 en Canadá. Ahora, con una generación renovada y llena de ilusión, la Verde dirá presente en la Copa del Mundo Sub-17 que se disputará en noviembre en Catar.
Santos García fue clave durante todo el torneo y se consolidó como una de las figuras de la selección dirigida por Jorge Perrotta. Su entrega, talento y liderazgo en el campo fueron determinantes para alcanzar el objetivo. Además, su mensaje espiritual tocó el corazón de los hinchas y reflejó el compromiso de este grupo con el sueño mundialista.
Con esta clasificación, Bolivia completa la lista de siete selecciones sudamericanas que dirán presente en Catar. Los otros equipos clasificados por la Conmebol son Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, Argentina y Paraguay. La Verde se suma con méritos propios, gracias a un equipo que jugó con alma, fe y determinación.
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