En este ambiente denso que envuelve al fútbol boliviano, por el conflicto generado tras el fallecimiento del que fuera presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), César Salinas (19 de julio), se mantiene la pugna que libran dos grupos de directivos, encabezados por Marco Rodríguez y Robert Blanco, respectivamente, por el ejercicio de poder en la Federación.
Mientras se discute si Rodríguez o Blanco deben asumir la presidencia de la FBF incluso ha pasado a segundo plano el trabajo que cumple la selección nacional de cara a las próximas eliminatorias del Mundial Catar 2022, que arracan en octubre.
DIEZ conversó sobre la conflictiva situación con tres periodistas de reconocida trayectoria en el país. Alfonso Arévalo, Fernando Nürnberg y Fenando Silva también realizaron consideraciones para la salida de la crisis balompédica.
Alfonso Arévalo (Deporte Total)
Para Arévalo, el fútbol boliviano atraviesa su peor etapa y está envuelto en una crisis inexplicable por los defectos normativos de su Estatuto y las interpretaciones caprichosas y erradas, cuyo fin es buscar un resquicio para tomar el control de la federación del fútbol boliviano.
“El fair play o juego limpio ha pasado a ser juego sucio. Las normas se han hecho para cumplirlas, pero deben ser claras y precisas para evitar dobles interpretaciones”, dijo Arévalo y recordó que este conflicto de la FBF tiene características muy singulares, pese a que su Estatuto fue aprobado y reconocido en su momento por el Ministerio de la Presidencia y el Viceministerio de Autonomías.
“Está establecido en la norma que el primer vicepresidente de la Federación se hace cargo del ente matriz en caso de ausencia del titular de la FBF. Y ese primer vicepresidente pertenece a la División Profesional. Esta disposición que data de 2017 fue corregida el 2019; se hicieron correcciones, se arreglaron algunas cosas, muchos dicen que se hicieron hechas a la medida de los interesados, dando la impresión de un manejo absoluto y autoritario del fútbol boliviano, en desmedro del fútbol profesional, que no solo perdió el control de la Liga”, sostiene.
Además, considera que la disputa entre los dos vicepresidentes de la FBF (Robert Blanco y Marco Rodríguez) para reemplazar al desaparecido César Salinas, quien falleció el pasado 19 de julio, es justamente por la interpretación que cada uno hace del Estatuto, lo cual ofrece una mala imagen a la sociedad futbolera.
De todas maneras, Arévalo se pregunta ¿por qué tanta ansiedad por ser presidente de la Federación, siendo que es un cargo que no busca un beneficio personal?
“La única respuesta razonable que puede existir es que hay un hecho económico. José Luis Chilavert (ex arquero de la selección paraguaya) lo denunció públicamente en nuestro programa (Deporte Total) que el presidente de la Federación recibe un salario de cuarenta y cuatro mil dólares ($us 44.000). ¿Será cierto o no esto? Es algo que se tendrá que aclarar, pero lo cierto es que lo reciben, aunque no sabemos si es ese monto”, declaró Arévalo, quien lamenta que Rodríguez y los que le siguen en el comité ejecutivo no respeten el fallo del Amparo Constitucional que favoreció a Blanco, pues sostiene que nada puede estar por encima de las leyes constitucionales de un país.
“Lo evidente es que el fútbol ha perdido credibilidad y en este debate abierto, sucio e incomprensible el fútbol pierde. Ojalá recapaciten, ojalá se reunan y se despojen de actitudes personales y convoquen a un congreso de la FBF de donde emerja un presidente para completar el mandato de César Salinas, pero para ese congreso es necesario que las asociaciones estén debidamente acreditadas con sus estatutos aprobados y con sus presidentes titulares. Porque hasta ahora las nueve asociaciones del país son ilegales. Han vencido sus mandatos, no han corregido ni mejorado sus estatutos ni los han aprobado, por lo tanto no podrían estar en un congreso si se aplica la norma para elegir a la nueva autoridad. Dios salve al fútbol y a sus dirigentes tan cuestionados, tan criticados que para que esto suceda hicieron méritos suficientes”, puntualizó.
Fernando Nünberg Zambrana (Facetas Deportivas)
Nünberg califica de insólita la realidad que le toca vivir al fútbol nacional con una guerra de poder que se ha desatado en la FBF, lo cual duele y avergüenza.
“Tras la muerte del presidente Salinas se desató una guerra por el poder. No por la administración del fútbol, sino por lo que ello genera económicamente. Hoy estamos en la vidriera internacional, como cuando se dio el auge de la producción de cocaína en los años 80; esa época nos estigmatizaban de una manera tan dolorosa que más de uno se avergonzó de llevar nuestra nacionalidad”, dice.
Según Nürnberg, la interpretación de quien tiene la razón ya no es lo más importante: si es Rodríguez o Blanco. “Aquí hay que salvar el fútbol de los que se están llevando la plata, los que la desvían, los que se han corrompido y quieren mantener una situación que perpetúe un esquema perverso y ha sido el gran freno de mano para que las cosas no hayan mejorado”.
¿Cuál es la salida? “Lo mejor que puede suceder es que finalmente con lo que se ha develado en los últimos días, es que FIFA ingrese a la FBF, de la manera en que quiera y proceda a sanear la entidad. Es difícil, pero lo cierto es que no se aguanta más tiempo y mucho más porque los derechos de televisión van a generar los recursos más elevados en su historia y detrás de ello, hay muchos hambrientos”.
Fernando Silva (Sucesos del Deporte)
Silva entiende que lo que sucede en la FBF no es una casualidad sino una causalidad, por lo tanto cree que era cuestión de tiempo. “De la manera como se ha venido manejando el ente federativo, esta situación era previsible. Le tocó a Marcos Rodríguez y Robert Blanco bailar con la más fea. Un estatuto con muchos vacíos, un comité ejecutivo todopoderoso, una estructura dirigencial débil, clubes quebrados económicamente, asociaciones incapaces de llevar una actividad futbolística, y la pandemia han hecho que la situación se plantee de esta manera”, expresó.
Silva considera que pese a este duro momento no todo está perdido y hay formas de salir de esta crisis. “Si en el país la dirigencia no es capaz de solucionar este problema hay que acudir a otras instancias, sean nacionales o internacionales en busca de un arreglo".
"El fútbol está herido de muerte, hay que sanar esas heridas. Alguien perderá y alguien ganará, pero de lo que estoy seguro es que el fútbol saldrá vencedor. Señores dirigentes, es hora de pensar en el fútbol, la afición está cansada de tantas acusaciones y denuncias. Actúen, están a tiempo”, reflexionó.
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