Desde su punto de vista, ningún club boliviano obtiene ingresos como ofrecer y luego pagar esas cantidades, sencillamente porque lo que da el fútbol ya sea por derechos de televisación, recaudaciones o sponsors no alcanza.
“Hay clubes que tienen planillas que son de clubes de otros países y a veces son poco sostenibles”, de ahí que tienen dificultades para cumplir con los contratos firmados.
Según David Paniagua, secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Futbolistas Profesionales Agremiados de Bolivia (Fabol), la mayoría de los jugadores en el país tiene un salario que no supera los 4.000 dólares, pero hay clubes que ponen en tela de juicio esa afirmación.
Miles de dólares
Hay datos sobre que están entre los 5.000 y los 10.000 dólares. Por encima de esa cantidad los contratos van disminuyendo y, efectivamente, son pocos los que ganan arriba de los 20.000. En la planilla de un club grande a la que tuvo acceso Marcas, el mínimo es de 3.500 y el tope es de 30.000, siempre en dólares.
Para Gonzales, en el mundo “la relación entre el valor de una transferencia y el sueldo de un jugador no existe. El sueldo siempre es más caro, el valor de la transferencia es subjetivo. Convengamos que en Bolivia no se dan transferencias, peor aún pues no sacamos jugadores, apenas tenemos siete afuera. Aquí los clubes no compran jugadores de otros clubes, más bien esperan que los futbolistas estén libres”.
A partir de ahora, la crisis obligará a los cambios y “difícilmente habrá clubes que ofrezcan salarios altos”, entonces los futbolistas “tendrán que acomodarse a esa nueva realidad”.
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