Como la mayoría, Pablo Escobar vive en cuarentena. Está radicado en Santa Cruz desde que fue nominado asistente técnico del seleccionador nacional César Farías. No está solo, pues hace unos días llegaron desde Asunción su esposa y sus hijos, lo que hace más llevadero y familiar pasar estos días difíciles como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
“Estábamos preparando la primera fecha de la eliminatoria mundialista y de pronto pasó esto. Ya teníamos que haber jugado con Brasil (27) y estaríamos en estos momentos trabajando para recibir a Argentina (31). Todo estaba armado para que así fuera, pero llegó esto del coronavirus… Afortunadamente estoy con toda mi familia, respetando las normas para cuidar entre todos nuestra salud. Está complicada la situación y queremos colaborar con lo que nos piden, tratar de cuidar a nuestra gente y que no haya más infectados”.
Fue figura en The Strongest. Luciendo la camiseta 10, fue un ídolo. Se retiró y saltó a la dirección técnica el año pasado. Dirigió unos meses al Tigre y otros al paraguayo Sol de América. Así de rápido, ahora está en la Verde como principal asistente.
Anda pendiente de cómo les va a sus padres en Paraguay. “Todos están bien, aunque ellos allá están dentro del grupo de los más vulnerables porque son personas mayores, pero junto a mis hermanos intentamos que respeten las disposiciones, que se cuiden. Por las costumbres distintas que tenemos allá, entienden menos las situaciones, pero tratamos de que las cumplan. Lo mismo en Argentina con mis suegros, los papás de mi esposa, también les hacemos llegar el mensaje de que deben cuidarse y la mejor manera de hacerlo, porque todavía no hay cura para esto, es no salir y mantenerse en casa”. No hay prácticas ni dada por el estilo, pero todos los días trabaja en contactos con Farías y el resto del cuerpo técnico de la selección nacional.
“Estamos en contacto permanente, hoy la tecnología nos permite trabajar cada uno desde nuestras casas, nos permite seguir planificando y en ese sentido avanzamos en muchas ideas que hay”.
Farías –cuenta Escobar- ha dividido al grupo de trabajo a su mando en áreas: médica, psicológica, táctica, pelotas paradas, física. “Después intercambiamos información, opiniones para que el entrenador observe de acuerdo con sus necesidades, tome decisiones o corrija lo que crea conveniente; pero cada uno va cargando su base de datos”.
La FIFA aplazó sin fecha las eliminatorias para el Mundial de Qatar que debían comenzar este fin de marzo. Por su parte, la Conmebol pospuso hasta junio y julio de 2021 la Copa América que organizan de manera conjunta Argentina y Colombia. La selección nacional, por tanto, ha caído a casi cero trabajo.
“Teníamos todo preparado para enfrentar a Argentina y Brasil, pero ahora seguimos trabajando. Como te decía, César nos pide a cada uno labores específicas pensando en los rivales y también en lo que compete a Bolivia como tal en lo que respecta a la selección mayor y todo lo que le rodea, incluyendo además a mucha gente joven”.
A Escobar le toca en estos días hacer “un análisis de las otras nueves selecciones a las que vamos a enfrentar en las eliminatorias, es mucho el trabajo que hay y la tecnología nos permite verlo. Con toda la información que recolectamos, podemos hacer un análisis de cada selección, como equipo y también de manera individual de sus jugadores”.
Farías, Escobar y compañía no han dejado de lado el contacto con los futbolistas. El DT lanzó una lista de 45 jugadores para el inicio de las eliminatorias, aunque la misma ya quedó sin efecto; sin embargo, está la base de la futura selección.
“Tenemos contacto con los jugadores que han sido convocados y también con algunos que no, hacemos seguimiento a todo jugador que pueda vestir la camiseta de la selección, ese es un pedido expreso del profesor Farías, de que estemos atentos a todos.
También tenemos contacto con la gente lesionada para ver cómo va la evolución, le hacemos un seguimiento, el cuerpo médico está atento, los preparadores físicos lo mismo en cada ciudad, porque hay gente destinada en distintos lugares para ver cómo están físicamente los jugadores, siempre respetando por supuesto a los clubes, que son donde trabajan. Lo nuestro simplemente es un apoyo”.
Aunque la pandemia ha paralizado toda opción de trabajo en campo, el cuerpo técnico de la selección intenta seguir adelante con sus planes, ahora pensando en un nuevo inicio, pero sin saber cuándo se dará el mismo. Todavía están programadas fechas de eliminatorias para septiembre, octubre y noviembre próximos, aunque dependerá de lo que defina la FIFA.
“Ojalá que todo vuelva a la normalidad pronto y que todos los clubes vuelvan a su labor y logren estar en un gran momento y en su mejor nivel, porque eso va elevar el nivel de la competición, hará que el fútbol boliviano sea más competitivo y hará crecer a los jugadores de los 14 clubes. Nosotros vamos a seguir observando y queremos colaborar desde nuestro lugar”.
Escobar no escapa a la situación actual. “El mensaje que le doy a la gente es de aliento, de que entendamos la situación. Nadie estaba preparado y nadie esperaba esto, estamos enfrentando a un virus que no tiene cura y lo mejor que podemos hacer es prevenir y ayudar a la gente que sabe tomando las previsiones porque son momentos difíciles.
Hay gente que vive el día a día, es más complicado para ellos, así que tratemos de ayudar, buscar los mecanismos para ayudarnos y cuidar a las personas más grandes que están en edad de riesgo, cuidar a nuestros padres, a nuestros abuelos. Tengo mucha fe en que Dios va a derramar bendiciones a todo el mundo y va a sanar a la gente”.