Dos momentos de tensión se vivieron ayer en la primera parte del Consejo Superior de la División Profesional de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). El primero entre los presidentes de Guabirá, Rafael Paz, y de la entidad nacional César Salinas, una vez iniciada la reunión en Cochabamba.
“Yo no soy un come colla, tengo mucho respeto por la gente del interior. Si a veces reclamo es por el bien del fútbol nacional, de los 14 clubes”, sostuvo Paz al referirse a las declaraciones de Salinas hace algunos días en La Paz, que lo había señalado como el principal dirigente que causa malestar entre los clubes cruceños.
El presidente de la FBF no quiso entrar en polémica y la respuesta fue que eso lo arreglarían en una reunión privada.
“Eso lo veremos juntos, luego de esta reunión me gustaría reunirme contigo”, respondió Salinas, que durante el cuarto intermedio pasadas las 13:00 horas se juntó con Paz y el presidente de Sport Boys, Carlos Romero, para aclarar los entredichos entre ambos.
El segundo fue entre el titular de Bolívar, Guido Loayza, y Salinas. El primero hizo una reseña histórica sobre la importancia de los clubes desde finales del siglo XVIII, que dieron paso a la fundación las instituciones como la FBF en 1925.
Luego, Loayza reclamó el premio económico que la FBF le debía por el bicampeonato logrado en 2017 y que la entidad nacional manejo muchos millones de dólares, recordando que al dejar la presidencia federativa en 1995, dejó 10 millones de la moneda estadounidense.
“¿Por qué no se nos llama para hacer un informe económico?”, preguntó el presidente de Bolívar.
Salinas respondió con una denuncia al indicar que encontraron indicios de corrupción en la gestión de Loayza, que retrucó que se pueden revisar los documentos de su gestión cuando Bolivia llegó al Mundial de Estados Unidos 1994.
Ambos hechos no pasaron a mayores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario