viernes, 14 de junio de 2019
El "Chasqui boliviano", 26 años y 190.000 kilómetros siguiendo a la Verde
Con un traje típico, pezuñas de cabras en las muñecas y tobillos y la bandera tricolor pintada en su cara, Daniel Aliaga, más conocido como el "Chasqui boliviano", lleva 26 años y 190.000 kilómetros siguiendo a La Verde, una pasión que le ha llevado hasta Brasil para vivir la Copa América 2019.
"¡Ueeeeeh esa Bolivia potente!", es el grito de guerra de este abogado de profesión de 51 años que lleva desde la década de los 90 animando en los estadios a su selección.
Bolivia abrirá el torneo de selecciones más antiguo del mundo contra la anfitriona, Brasil, en el estadio de Morumbí de Sao Paulo.
Cuando faltaban seis horas para el pitido inicial, el "Chasqui" ya estaba en el portón número uno del feudo paulista. Es la estrella del momento.
Los fotógrafos de la prensa le paran, los automóviles le pitan y los aficionados peruanos, brasileños y colombianos que empiezan a llegar a este punto no paran de pedirle selfis. Está en su salsa.
"Desde que era muy niño me encanta mi país, llevo en alto los colores, la tricolor boliviana. (...) Entonces viajo siempre con ese corazón, amando a mi gente, amando a mi país y sobre todo haciendo esto: 'ueeeeeeh esa Bolivia potente'", exclama a Efe.
Vive en La Paz y se apodó "Chasqui", que en la antigüedad era el nombre que recibía los mensajeros de los incas, para propagar por el mundo que Bolivia era capaz de llegar al Mundial de Estados Unidos 1994, como así ocurrió.
De hecho, los momentos más emocionantes que ha vivido con su selección son precisamente las eliminatorias sudamericanas del año precedente, y uno en especial, el partido contra Brasil en La Paz.
"Fue en el '93, cuando el Diablo Etcheverry jugando contra Brasil mete ese gol a Taffarel y se le entra la pelota. Pudo ser suerte un gol así, pero a los cinco minutos Álvaro Peña mete el segundo gol y vibramos todos al unísono gritando", recuerda. Bolivia se clasificaría posteriormente para el Mundial de Estados Unidos, una proeza que nunca más repitió.
Pero el "Chasqui" ha llegado a Brasil con la moral alta. "No gasto mi dinero pensando en que vamos a perder, gasto mi dinero porque vamos a ganar", asevera vestido con una camisa negra de tela tocuyo y lentejuelas en las mangas con los colores de su bandera.
"Y las pezuñas de cabras para hacer esto...", dice mientras agita su cuerpo para que se escuche el chasquido de las mismas.
Asegura que llegar hasta aquí después de 26 años no ha sido fácil. Para su primer partido con la selección fue auspiciado en la institución financiera donde trabajaba, dice.
Ahora, una parte de sus viajes se los financia con los ingresos de su libro "Sueña y volarás", que publicó hace unos años y en el que ha plasmado todas sus aventuras con la Verde.
"La gente me conoce a nivel internacional porque trabajo en diferentes partes, ayudo a la gente y mi próxima meta es ser el defensor del pueblo de mi país", revela.
Confía en dar la sorpresa esta noche ante los dueños de casa porque, a su juicio, "los brasileños están de capa caída".
"No les gusta la colera que están usando porque es la colera con la que perdieron en el Maracanazo contra Uruguay", afirma en alusión a la camiseta blanca con la que la selección brasileña jugará esta noche y que no usa de manera regular desde esa final del Mundial de 1950.
"Yo creo que estoy esperanzado para que a mi selección le vaya bien porque hay una nueva generación de bolivianos que quieren ver a su patria, Bolivia, ganar", indicó.
Sus favoritos del actual elenco dirigido por Eduardo Villegas son el portero Carlos Lampe ("Ha parado a muchos jugadores como Messi") y el delantero Marcelo Moreno Martins.
"Mi pueblo es un pueblo muy patriota, entonces nos unimos por una camiseta y nos unimos por un balón, eso hace mucho. Hay mucha gente que esta esperanzada con que Bolivia gane, pero la verdad es que estamos muy contentos de inaugurar esta Copa América", sentenció.
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