Un país interesado tiene que acreditar al menos ocho estadios de primer nivel con asientos numerados en todas sus tribunas y uno de ellos, donde se jugará la final, debe tener una capacidad cuando menos para 55.000 personas. Bolivia está lejos de cumplir ese requisito.
La FIFA exige además, entre otros, campos de entrenamiento, hoteles de concentración y canchas exclusivas para el trabajo de las árbitras. No son datos menores.
El martes se cerró el plazo de registro de intención de candidaturas para el Mundial Femenino de 2023. La FIFA informó que Bolivia está en la lista junto con Argentina, Australia, Brasil, Colombia, Japón, Corea del Sur (candidatura conjunta con Corea del Norte), Nueva Zelanda y Sudáfrica.
La hoja de ruta establecida por el órgano rector del balompié establece el 4 de octubre como plazo final para la presentación de candidaturas definitivas que deberán cumplir todos los requisitos establecidos en un conjunto de documentos de organización.
“Posteriormente, la FIFA llevará a cabo un exhaustivo proceso de evaluación, que incluirá visitas de inspección, antes de publicar sus conclusiones en un informe de evaluación de candidaturas a principios de 2020”, según el documento público.
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