E l artículo 44 del Estatuto de la Federación Boliviana de Fútbol crea las Comisiones Permanentes dentro las cuales no existe una de las más importantes como ser la de Control de Filiación de los jugadores efectuadas ante el Servicio de Registro Cívico (SERECI).
Para ilustración de los aficionados al fútbol, un jugador al iniciar su ciclo está obligado a presentar ante el Comité Técnico de la FBF su certificado de nacimiento a través del club que desea habilitarlo, siendo los datos que consigna ese documento definitivos, aún existiese posteriormente una sentencia de la autoridad jurisdiccional que ordene el cambio de nombre como el de la edad que son rechazados por el ente rector de nuestro fútbol.
Todos estos hechos generalmente TOCANDO FONDO se producen en divisiones inferiores de todo el país principalmente en el oriente, donde los futbolistas obtienen certificados de nacimiento de dudosa procedencia y como consecuencia de estos fraudes cuando llegan a los clubes principalmente de La Paz, se descubren estas anomalías y se echa por la borda la inversión efectuada por la entidad que lo contrató.
El actual Estatuto de la FBF aprobado en fecha 7 de junio de 2017 en su artículo 96 de Disposiciones Transitorias numeral 8) dispone que: “Los Tribunales instituidos por el Estatuto de fecha 25 de junio de 2011 seguirán en ejercicio de sus funciones hasta la posesión de los miembros de los nuevos Tribunales”, es así que las faltas contra la Fe Deportiva en su artículo 46 (USO DE DOCUMENTO FALSIFICADO O ADULTERADO) sanciona con la suspensión de dos a cuatro años de toda actividad deportiva. El artículo 47 (SUPLANTACIÓN DE JUGADOR) sanciona con uno a dos años de suspensión y en caso de que hubiese habido complicidad del entrenador o dirigente, estos serán suspendidos por un año.
Este caso sucedió recientemente con el Club San José, donde el jugador Sub 20 ingreso al campo de juego con el nombre de su hermano menor teniendo 24 años de edad.
Si partimos del adagio “mente sana en cuerpo sano” que debe imperar en el deporte, consideramos que las sanciones que se dan por estos casos que rayan en el delito, son demasiado benignos, porque en estricta justicia quienes cometen estos hechos deberían ser castigados de por vida, además que deberían estar sujetos a un proceso penal por falsedad material e ideológica y uso de instrumento falsificado seguido por la FBF.
Creemos que ha llegado el momento de efectuar una depuración de todos aquellos jugadores que aún permanecen activos en los equipos con este fraude que atenta también al “fair play” y que la FBF debería prestar especial atención a este tema y establecer un convenio con el Servicio de Registro Cívico (SEREC I) para cruzar información y de esa manera detectar a los “chutos” que engañan al fútbol.
Dr. Edgar Linares Mariscal,
fundador y ex asesor legal de Fabo
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