El fútbol boliviano vive de los recuerdos de haber ganado un Campeonato Sudamericano en 1963, hoy conocido como la Copa América, y de la clasificación a la Copa del Mundo en 1994 (USA 94).
En el caso de los clubes, el subcampeonato conseguido por Bolívar en 2004 en la Copa Sudamericana y la clasificación a los cuartos de final en la Copa Libertadores de América de Wilstermann (2017), son algunos de los recuerdos que quedan en los seguidores de este deporte, momentos que pocas veces se han repetido.
De la misma manera, la selección boliviana recuerda la goleada que logró sobre Argentina en 2009 (6-1) o la victoria que se sacó el 25 de julio de 1993 sobre la potente Brasil, que hasta ese entonces llevaba 40 años sin perder en eliminatorias y que, además, fue campeona en el Mundial de Estados Unidos.
Pero pasaron ya tantos años desde 1994 y muchos más desde 1963 que uno piensa en los jugadores de aquellas épocas y difícilmente recordará los nombres, sobre todo de los héroes del 63.
“Son sólo momentos, el tema de la mejoría en nuestro fútbol se va a ver cuando esos logros que consiguieron algunos equipos sean una constante, cuando sea así, ahí se verá el progreso real de nuestro fútbol, este año, por ejemplo, no hay ni un equipo en los octavos de final de la Copa (Libertadores de América). Mientras no se vea una clasificación constante a cuartos de final o a semifinales de torneos internacionales serán sólo momentos y circunstancias que se repiten cada cuatro o cinco años”, señaló Ernesto Moreno, periodista deportivo.
Sobre el tema, el ministro de Deportes, Tito Montaño, señaló que al fútbol boliviano le falta mejorar su estructura de trabajo para que así se llegue a cosechar logros de carácter internacional y no se tenga simplemente triunfos esporádicos, como los que actualmente tienen los equipos. Lamentó que desde los 90, década en la que él jugaba, hasta la fecha no se haya podido mejorar.
“Pasaron tantos años y nada ha cambiado, se sigue con los mismos problemas, con la misma estructura, es más, creo que los eventos han perdido su importancia; y de no haber un cambio total dentro del manejo institucional –no sólo de la federación, sino de las entidades deportivas– el panorama no va a cambiar”, dijo Montaño.
Actualmente, hay una división profesional del fútbol boliviano en la que participan 14 equipos, de los que cerca del 50 por ciento tienen dificultades económicas por el alto costo que conlleva mantener una planilla de sueldos de los deportistas, además de los entrenadores. También existe una segunda división en la que este año se jugará con 21 equipos.
Otro factor en contra del progreso futbolístico en Bolivia, según el criterio de los especialistas en esta área, es la constante rotación que hay en los futbolistas “experimentados” del medio que no dan cabida a jugadores nuevos. Esto pasa incluso en la segunda división, debido a que una vez que los equipos de asociación logran clasificar a la Copa Simón Bolívar, los jugadores jóvenes que ganaron son relegados por los dirigentes, quienes contratan a deportistas con más recorrido para buscar el ascenso.
“Lo importante es que den oportunidad a los jóvenes; muy pocos equipos se animan a darles el chance”.
“Los cambios de nombres a los torneos no mejorará el nivel de éstos”.
Ernesto Moreno
Periodista deportivo
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