Desde su óptica, un trabajo serio en divisiones menores será clave para contar con una nueva generación de jugadores que puedan ser tomados en cuenta en las eliminatorias. Para el argentino, que sacó campeón a Wilstermann (Clausura 2016), el proceso debe apuntar a 2026, con futbolistas que dejen el temor a perder y lo cambien por la ilusión de ganar.
Tras superar la recuperación de dos infartos cerebrales que lo tuvieron cerca de la muerte, Zamora sigue recibiendo muestras de cariño de muchos de sus excompañeros. Hace unos días lo llamó el mítico arquero Sergio Goycochea, con quien fue campeón en la selección argentina en la Copa América 1993.
En abril empezará a funcionar la escuela de Newell’s, un ambicioso proyecto, donde lo acompañan sus hijos Brian y Marcos, además de Leandro Beccaria. El objetivo, es llevar jugadores juveniles a la Argentina y que puedan tener una preparación más profesional en el club ‘leproso’.
¿Cómo se encuentra actualmente de salud?
A raíz de lo que me sucedió es como volver a empezar, arrancar de cero, por lo que me dijeron los médicos va tomar tiempo, pero voy a estar bien.
¿Se ve volviendo a dirigir en el fútbol profesional?
La primera división está muy lejos, en eso soy consciente, no por lo que pasó sino porque voy a perder un poco de terreno. Me dedicaré a la escuela que hace mucho tiempo que lo vengo pensando. Me contacté con la gente de Newell’s para tener el ok y llevar el nombre de ellos.
¿Aún recuerda el momento del desmayó en el partido Real Potosí-Universitario?
No lo quiero recordar, pero se me viene a la mente por lo que me hizo la gente de Potosí, sobre todo los directivos que dejaron sola a mi familia y a mí. Estaba dirigiendo y me dio un fuerte dolor de cabeza. Ahí tuve que regresar a Cochabamba para ser intervenido y hacer el tratamiento.
¿A Real pudo levantarlo?
Yo tuve la mala suerte de ir a Potosí y que Real este último. Un equipo sin plata, no muy bien manejado, y después tuvimos la suerte de ponernos en zona de clasificación. Cuando me pasó esto, creo que faltaba seis o siete partidos y tres puntos para lograr la clasificación a la Sudamericana. La verdad, no sé qué hicieron porque no se logró nada.
Anunció realizar una demanda a Real Potosí, ¿cómo avanza ese tema?
Lo que llevo de carrera nunca le hice un juicio a nadie, jamás y ellos me quedan debiendo. Estoy pensando que esta gente al mando del presidente (Wilson Gutiérrez) no se portó bien con nosotros. Ellos dicen que estaba todo pagado, mentira si yo tenía contrato. No podes tener todo al día cuando tenés contrato, el mismo que finalizaba seis meses posteriores y hasta ahora no tengo respuesta.
¿Mediante la FIFA se busca presionar para que Real Potosí pague?
Presionar no. Es una realidad. Los abogados que tengo son gente muy seria que atendieron muchos casos y los sacaron adelante. Hablé con uno de ellos y me dice que ya están preparando la demanda y en estos días ya les va llegar la notificación.
La familia de Zamora fue su fortaleza para recuperarse de los dos infartos cerebrales. El entrenador posa junto a su nuera Dayana, su esposa Sandra y Brian, quien sostiene a su hija Mia de 4 meses.
¿Cuánto le deben?
Era dos meses de deuda al cuerpo técnico, pero lo que ellos deben cancelar es la clínica. Es lo único que estaba pidiendo, no le estaba pidiendo el contrato, ni nada, yo solo estaba pidiendo que cancelen, ni siquiera a la clínica, sino a los médicos.
¿Se acercó alguien?
No se han pronunciado, no han llamado, no han preguntado y eso le molesta a uno. En realidad hemos dejado la vida por el equipo, porque se estaba yendo al descenso Real Potosí, pero agarramos el plantel y lo levantamos. El primer partido nos tocó con Sport Boys en Warnes donde le ganamos 1-0. Vino a casa Blooming y le ganamos 2-0.
¿Cuánto gastó para recuperarse y qué resta pagar?
Debíamos 20.000 dólares a los médicos que me habían operado, que fueron 10. Yo tenía plata ahorrada y pagamos 10.000 dólares. Me llamó un amigo y me dijo que el vicepresidente de AFA estaba por venir a Bolivia para saber de mi situación.
¿Pese a las adversidades, usted sigue en Bolivia?
A mí Bolivia me encanta, es un país que elegí para vivir. Lo que uno no elige son las cosas que nos suceden. Esto sucedió porque Dios te coloca en el camino estas cosas que deben suceder. Estoy agradecido con toda la gente de Bolivia, con los que me ayudaron y con los que no nos ayudaron.
Pasando a cosas positivas. ¿Cuéntenos detalles de la nueva escuela de fútbol que emprenderá?
El proyecto primero es llevar jugadores a la Argentina para que destaquen. Estoy convencido que Bolivia tiene jugadores muy técnicos que no los están sabiendo aprovechar.
De la misma forma, ¿se pretende cambiar la mentalidad del jugador boliviano?
Hoy el entrenador de fútbol piensa más en no perder que en ganar, ahí se encuentra el inconveniente que tienen los jugadores. Les metemos tanto en la cabeza el pensamiento de no perder, cuidar el trabajo, en vez de salir a ganar. Nosotros buscaremos fortalecer a los chicos, rozarlos con competencias importantes. En la Argentina están en competencia desde los 6 años, entonces eso lo vamos a tener acá en Bolivia.
¿Qué problemas encontró en el país con las divisiones menores?
El problema son las canchas. Nosotros hemos conseguido una buena cancha y al señor que haga el mantenimiento. A partir de los 6 años vamos a inscribir a los niños.
¿Cómo se encararán los entrenamientos?
Nosotros buscamos que los chicos no pasen lo mismo que viven las escuelas del país, donde se juega 11 contra 11, y a veces el niño nunca toca la pelota cuando tienen 6 años. En la escuela de Newell’s los chicos jugarán uno contra uno, dos contra dos, tres contra tres, a lo mucho cuatro contra cuatro. Esa filosofía vamos a colocar en el club: que el chico tenga mucho roce con el balón.
¿Cómo recibió la aprobación de la escuela por parte de Newells?
Muy bien y casualmente fue en mi cumpleaños (11 de marzo). El primer llamado fue el vicepresidente de Newells, felicitándome por mi cumpleaños. Nosotros tuvimos contacto con la dirigencia para ver si podíamos llevar a un jugador a probarse, me dijeron que no, que más bien me daban el nombre de la escuela.
En Cochabamba todos se ilusionan.
Cuando pusimos los carteles, el dueño de la cancha, que trabaja en la OTB Magisterio, se alegró porque nunca pasó algo así. La gente está muy contenta porque la escuela está para enseñar y al jugador más destacado vamos hacer las gestiones para llevarlo a Argentina.
¿Cómo ve la formación de divisiones menores?
Hay que trabajar mucho. En Bolivia se está debutando en la Liga con 24 o 25 años y se dice que es un chico. En Argentina si tienes 24 o 25 años y no debutaste en primera entonces debes irte a tu casa.
¿Dónde empezar a trabajar primero?
Lo que se busca primero es la técnica en el jugador, porque después lo otro se le puede enseñar: a correr, la parte física, hacer gimnasio, a trabajar en arena. Lo que se debe enseñar es jugar con el balón, tener contacto y entonces nosotros le vamos a enseñar al chico a que juegue con el balón, y por supuesto, el resto también.
¿Para cuándo cree llevar el primer jugador a la Argentina?
Tengo uno en vista, Kevin Acuña. Actualmente está en la reserva de Wilstermann. Lo que ocurre es que tiene 19 años y en la Argentina un jugador de esa edad ya debe estar debutando o entrenando con la primera. Voy a hablar con el vicepresidente de Newell’s para llevarlo a que se pruebe. Por lo menos si alguno sale al fútbol de otro país, que nos haga quedar bien.
¿Qué es lo más importante de un técnico para usted?
La comunicación con el jugador, ser muy bien entendido, bien hablado. No tiene que tener maltrato, no tiene que tener miedo. Si uno reúne esas cosas es un buen entrenador.
¿Qué entrenador le marcó en su carrera?
Nosotros fuimos marcados por Marcelo Bielsa. A mí me hizo debutar el indio Jorge Solari en el 85, pero después fuimos marcados por Bielsa desde 1990 hasta 1993, donde salimos tres veces campeones. También yo tengo una gran admiración por Carlos Picerni, que fue mi entrenador en las inferiores. Cuando Newells me quiso dejar libre me mandaron a Tiro Federal y ahí lo tuvo a Picerni.
¿Cuáles fueron las tres mayores alegrías de Zamora como jugador?
Fui campeón con la Argentina en la Copa América de Ecuador 1993, fui campeón con Newell’s tres veces. Salí campeón con River Plate. También jugué en muchos clubes porque después pase al Cruz Azul (México), estuve en el Marsella y en Sabadell. Tuve un paso fugaz por Wilstermann, creo que estuve tres a cuatro meses, de los cuales el presidente era Javier Hoz de Vila que me pagó todo el año (1999). Yo me fui de Wilstermann porque no vi seriedad necesaria para pelear grandes cosas, entonces fui y devolví el dinero que les correspondía, porque consideré que no debía tener en el bolsillo plata que no era mía.
¿Cuáles son las premisas de Zamora?
Buscar el arco rival, pensando también en el nuestro, pero siempre mirar el arco rival. Yo les digo a nuestros jugadores que no deben tener miedo a perder sino ilusión de ganar, porque acá parece que cuando pierdes es un karma. Perder está dentro del juego de donde también empatas o ganas.
¿Hay seriedad en el fútbol boliviano. En San José no tuvo condiciones?
No hubo seriedad y el fútbol es serio. Vos dejás de ser entrenador cuando el árbitro toca el silbato. Tienes la suerte de hacer los cambios, de dar una indicación, pero el que decide es el jugador y yo tengo mucha suerte de tener muy buena relación con los jugadores y los directivos.
¿Cómo encuentra el fútbol nacional en esta nueva etapa con 14 equipos?
El fútbol sigue igual. Acá no se habla otra cosa que no sea de la parte económica. Yo no escucho hablar de fútbol, pero sí de la parte económica que si está bien o está mal. Porque quieren un jugador que te haga la diferencia, que te haga 20 goles por campeonato, que te saque campeón pero le pagás una miseria. Lionel Messi que hace la diferencia le pagan lo que generan los 14 equipos.
¿Cómo observa este nuevo proceso de la selección?
Mauricio Soria quiere cambiar un montón el fútbol boliviano, pero si no lo ayudan va ser muy difícil. El entrenador de selección promociona nuevos jugadores, pero si los clubes no tienen elementos para este recambio, es muy difícil que las cosas cambien.
Y los partidos con Curazao.
No podemos ir a jugar con una selección que no es conocida. Si ganas está todo bien y si pierdes qué pasa. Nosotros debemos enfrentar a selecciones importantes porque si te ganan podes sacar conclusiones más positivas.
Estamos para clasificar al Mundial de Catar 2022.
Creo que hay que mirar al próximo Mundial, de acá a ocho años. Si bien Catar está a cuatro años, tenemos que mirar al próximo, tener que formar jugadores y ser un serio candidato. Aspirar a pelearle de igual a igual a las grandes potencias del continente. Bolivia no pelea de igual a igual, si bien logra empatar o ganar, no lucha con convencimiento. Yo cambiaría en Bolivia el temor en no perder por el ganar, el ir a ganar a todos lados. Si perdemos será con la ilusión de ganar.
¿Entonces no estamos para ir a Catar 2022?
Creo que Bolivia debe mirar al 2026 para ir al Mundial. El trabajo hay que hacerlo de forma gradual y quemando las etapas, solo así se podrá tener jugadores competitivos y en ligas extranjeras para que estén llenos de experiencia. Hay que trabajar en los niños con talentos, hay que ayudarlos a ser triunfadores y eso se consigue enseñando al jugador a no tenerle miedo a la pelota.
¿Cómo cree que le irá a Argentina en este Mundial?
Teniendo al mejor del mundo siempre hay una esperanza. Vi la derrota de 6-1 ante España con Messi en la banca, pero siempre hay una esperanza teniendo al mejor del mundo.
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