Pérez celebra su gol ante el golero Olivares.
El histórico 8 a 0 de River sobre Jorge Wilstermann generó sensaciones de todo tipo. El éxtasis de los de Marcelo Gallardo, la incipiente idolatría para Ignacio Scocco, la resaca para el 1 a 1 contra Argentinos Juniors y también suspicacias que llegaron hasta Bolivia.
El domingo por la noche, Wilstermann ganó su partido frente a Oriente Petrolero por 2 a 0. Sin embargo, en las tribunas del estadio de Cochabamba hubo manifestaciones particulares de parte de la gente. Los simpatizantes del Aviador, puntero en la liga local, colgaron banderas dirigidas al presidente de la institución, Grover Vargas. “Varga$: El Rojo no se vende” y “Grover Vargas esta no te perdonamos”, fueron algunas de las frases utilizadas para poner bajo sospecha la clasificación de River. “Estoy haciendo un sumario interno, obviamente. No es normal el partido que tuvimos. Antes del partido en Buenos Aires hablé con el cuerpo técnico y estábamos bien, ahora el tema de los jugadores… yo los conozco, la mayoría están mucho tiempo conmigo, creo que son gente decente y pongo las manos en el fuego por ellos”, explicó el titular del club en el programa Liberman en Línea. Pero sus dichos fueron contradictorios. Si bien sostuvo que “es un tema complejo y raro; perdimos 8 a 0 después de empatar en Brasil, por eso había que aclarar”, luego aseveró que “me duele y me da rabia que digan que el partido estuvo arreglado”.
La principal sospecha es que los jugadores del Wilstermann hubieran apostado en su contra (encima el 8-0 pagaba más). A las 24 horas de la escandalosa eliminación, Wilstermann publicó un comunicado que desligaba cualquier posibilidad de arreglo del partido. Sin embargo, pese a que el entrenador Roberto Mosquera fue ratificado en su cargo, las sospechas continúan en Bolivia. (Clarín)
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