Hoy se cumplen 24 años de esa histórica clasificación. "En Guayaquil nos jugábamos la vida. Ese día nos dijeron que ambos partidos iban a comenzar a las 16:00: Ecuador-Bolivia y Brasil-Uruguay.
Nosotros, ingenuos, comenzamos el partido a esa hora, mientras que en el Maracaná comenzó 10 minutos después”, recuerda Guido Loayza, presidente de la Federación Boliviana de Fútbol que en 1993 lleva a Bolivia al Mundial de Estados Unidos.
Loayza cuenta que "como Dios es grande, cuando ya terminaba el primer tiempo, Platiní Sánchez le pega un remate que le revienta el hígado a Noriega, la pelota rebota y William Ramallo le pega un zurdazo al ángulo y gol de Bolivia. Eso cambió todo”.
En el segundo tiempo, el local iguala, pero poco le importó a la visita ya que Uruguay, su rival directo para la clasificación, caía ante Brasil 2-0. "Fuimos segundos y clasificamos. Fue un gran honor. Fue la hora más gloriosa del fútbol boliviano junto con la inauguración del Mundial”, asegura Loayza.
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