Perú y Bolivia jugarán el jueves 31 en Lima por la décima quinta jornada de las eliminatorias y, así ellos no estén en la cancha, de alguna manera protagonizarán el duelo de los más veteranos de esta competición premundialista: entre los dos suman casi 80 años.
La edad a veces no es un impedimento para que futbolistas “grandes” —con relación a su edad— sigan exhibiendo su condición futbolística.
En muchos lados hay entrenadores que no se fijan en el carnet de identidad —la edad afecta menos a los arqueros y éstos pueden estar activos más tiempo con relación a los jugadores de campo— y solo dan valor a lo que ven de esos futbolistas en su desempeño en la cancha.
El astro portugués Cristiano Ronaldo (32 años) anunciaba el año pasado, mientras firmaba la ampliación de su contrato con el Real Madrid español, su intención de permanecer en activo hasta los 41 años. Falta mucho para ello.
En la actualidad, con lo que el fútbol ha evolucionado necesita de jugadores comprometidos por completo con la profesión, una premisa que debe ser seguida a cabalidad, y mucho más por aquellos jugadores que consideran que todavía tienen algo más de cuerda para dar.
En México, aunque ya no en su selección, el golero del Pachuca Óscar Pérez, con 44 años, no muestra síntomas de declive en su accionar y ha sido pieza fundamental para su equipo en el último tiempo.
Butrón en Perú y Escobar en Bolivia igual son un ejemplo. Según un dicho, son como el vino, mientras más edad se vuelven mejores.
Butrón, llamado por primera vez a la selección peruana para la Copa América de Bolivia en 1997, hace 20 años, es el actual arquero de Alianza Lima. Ahora fue convocado de último momento por el seleccionador peruano, el argentino Ricardo Gareca, debido a la lesión del titular Pedro Gallese, quien sufrió una fractura expuesta del dedo anular de la mano derecha jugando para su club, el Veracruz, de la Liga Mexicana.
El guardameta aliancista, ganador del último torneo con su club, es considerado en la actualidad el mejor cuidapalos del torneo Descentralizado de su país.
La última vez que había jugado un partido por una eliminatoria mundialista fue el 14 de octubre de 2009, rumbo a Sudáfrica 2010. Y su rival fue justamente Bolivia.
Butrón tras disputar un encuentro internacional con su selección. Foto: Archivo AFP
Pero su más reciente convocatoria a la selección peruana, antes de la actual, se había registrado en junio de 2014 para un partido contra Uruguay en Montevideo (4-2), por las eliminatorias para el Mundial Brasil 2014, y en ese cotejo fue al banco de suplentes.
Aparte, el último encuentro que disputó defendiendo la camiseta de su país fue en 2012 en un amistoso ante Chile, por la Copa del Pacífico.
Escobar, en cambio, ha sido habitual convocado en la Verde en el último tiempo.
En marzo había sido llamado por Mauricio Soria para los encuentros contra Colombia y Argentina, de ellos jugó este último en el estadio Hernando Siles de La Paz, con triunfo de la selección nacional por 2-0.
También sigue rayando a gran nivel en su club. El jueves The Strongest igualó a un gol con Oriente en Santa Cruz y el “10” fue figura, además anotó el tanto de la igualdad.
El jugador nacional, nacido en Paraguay y naturalizado en 2008, lleva en sus espaldas tres procesos eliminatorios: Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018.
Contando solo partidos de fases previas de copas del mundo ha jugado 18 partidos: nueve en 2010, cinco en 2014 y cuatro en la actual.
El capitán de The Strongest, además, ha marcado cinco goles: dos a Paraguay (2013), uno a Perú (16 de septiembre de 2016) y dos a Ecuador (11 de octubre del año pasado).
Con ese primer tanto ante los ecuatorianos, en el partido disputado en el estadio Siles, Escobar ingresó en la historia de las eliminatorias de Conmebol como el jugador más veterano en marcar un gol. Lo hizo con 38 años y 91 días, superando al colombiano Mario Yepes (37 años, 9 meses y 2 días).
Las edades de Butrón y la de Escobar pueden ser tomadas como longevas en el mundo del fútbol; sin embargo, sus piernas, mente y sobre todo su amor por lo que hacen no permiten que estos verdaderos personajes dejen de participar en el terreno de juego.
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