El duelo entre Bolivia y Argentina por las Eliminatorias está lleno de historias. Por ejemplo, la del triste episodio con el delantero rioplatense Julio Ricardo Cruz, el 2 de abril de 1997, en el estadio Hernando Siles.
Todo empezó cuando Cruz fue a recoger la pelota cerca al banco de suplentes boliviano y fue agredido por el chofer del bus que transportaba al plantel nacional. Se armó una trifulca. Cruz teatralizó luego de un golpe en la cara, lo llevaron en camilla al vestuario argentino, y luego apareció esta foto en la que se lo ve bañado en sangre a raíz de un corte en el pómulo.
Después se constató que la herida se la realizó alguien con un bisturí, con la intención de perjudicar a Bolivia y que Argentina, que perdía por 2 a 1, se quedase con los puntos. Un detalle. El golpe lo había recibido en la mejilla derecha y el corte se lo realizaron en la mejilla izquierda.
Poco antes, el dirigente boliviano Happy Peredo respondió con un derechazo en la cara a los insultos del kinesiólogo argentino Arsenián, en plena pista atlética.
La revista El Gráfico publicó una edición extra con foto de Cruz ensangrentado y, supuestamente, inconsciente, con un título que resumía todo: "¡Qué bochorno!”
Aquella vez Bolivia ganó 2-1, con goles de Marco Sandy y el argentino naturalizado boliviano Fernando Ochoaizpur. Descontó Gorosito, de penal, para el cuadro de Daniel Passarella.
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