Una victoria agónica fue la que obtuvo ayer Colombia frente a Bolivia, 1-0, en partido que se jugó en el estadio Roberto Meléndez, de Barranquilla.
El penal que anotó James Rodríguez a ocho minutos del final era la única forma de llegar al gol, ante un equipo boliviano que le hizo sufrir durante gran parte del compromiso.
Los cafetaleros quedaron totalmente sorprendidos con el sistema que propuso la Verde. En la previa sus jugadores hablaban de "barrer y golear” al conjunto boliviano, pero nada de eso pasó en un primer tiempo impecable que tuvo el conjunto boliviano, que le cortó todos los circuitos a su rival.
El partido comenzó con Colombia presionando a Bolivia en su campo de juego e intentando abrir el juego por las bandas, con la presencia de Armero y Cuadrado, pero a medida que pasaba el tiempo todos los intentos del local fueron repetitivos y sin sorpresa.
Soria dispuso una línea de tres en el fondo, Ronald Raldes fue el líbero y bastión de la última línea, pero bien acompañado por Cristian Coímbra y Alejandro Meleán. Los laterales Omar Morales y Juan Pablo Aponte se proyectaron muy poco, ya que la instrucción fue no subir para impedir que Armero y Cuadrado se proyecten.
Mario Cuéllar estuvo confundido entre los defensores y el medio campo, un poco más adelantados hicieron lo suyo Leonel Justiniano y Danny Bejarano, que tuvieron una tarea incansable.
Colombia se encontró con una verdadera muralla. En el encuentro sólo se registró dos remates de Bacca y Uribe, respectivamente, que fueron bien conjurados por Carlos Lampe, que después tuvo una primera parte tranquila.
Como la premisa principal fue defender el cero, Bolivia resignó en ataque con Marcelo Martins, que estuvo solitario peleando con los centrales de Colombia, el que intentó asociarse un poco fue José Sagredo, pero lo más rescatable de la Verde fue su disciplina táctica, que en los últimos 15 minutos de esta etapa comenzó a desesperar a los colombianos que aguardaban un partido más fácil.
En el complemento, Colombia no pudo cambiar el ritmo del partido, Bolivia seguía con la suya.
Sólo cuando hizo mella la parte física, cerca a los 20, los colombianos tuvieron tres claras opciones de gol que se encargó de atajar Lampe.
La desesperación era tal en la cancha, que Cuadrado empezó a buscar la falta penal. En las dos primeras el juez Marques no se dejó sorprender, pero en la tercera hubo falta de Coimbra y el árbitro brasileño cobró la pena máxima.
El disparo de James fue atajado en principio por Lampe, no hubo reacción de la defensa y el jugador del Real Madrid anotó en el segundo intento y le devolvió el alma a toda la afición que asistió al estadio.
Perdió Bolivia, estaba en los planes, pero el riesgo que asumió Mauricio Soria, al poner a siete debutantes, le dio resultado. El DT boliviano se las jugó por varios jugadores y éstos no le defraudaron. Perder de esta forma es menos doloroso.
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