Paciencia, esa fue la clave que tuvo el seleccionado boliviano para salir airoso en el primer tiempo del compromiso. La cantidad de hombres que puso el equipo visitante en su campo de juego, siempre ocho, complicó en demasía el andamiaje de la Verde a la que le costó encontrar la precisión y dinámica que necesitaba para marcar diferencia.
Desde los primeros minutos de juego, Bolivia tuvo la iniciativa y se lanzó sobre el pórtico defendido por Sergio Romero, aunque nunca apareció el juego asociado, por ejemplo, que muestran en The Strongest Alejandro Chumacero y Pablo Escobar. Sólo una vez en la primera parte se asociaron los dos jugadores, y cuando lo hicieron llevaron peligro sobre el arco rival con un desborde de Escobar que Arce no pudo empalmar en el área chica, sobre los 14’ del primer tiempo.
La Verde hacía el gasto, pero no tenía la precisión para abrir el marcador. Como los caminos estaban cerrados, Raúl Castro se encargó de probar de media distancia, y su disparo fue desviado por el golero albiceleste.
El conjunto dirigido por Edgardo Bauza sólo apostó a la velocidad de Ángel Di María, que intentaba darse modos para complicar la zaga central nacional. Cerca de la media hora y en tres minutos, Argentina tuvo tres claras opciones de gol y se dio cuenta que atacando podía hacer daño a la Verde. Primero Di María sacó un disparo que pasó cerca del poste izquierdo de Lampe, luego Banega probó de media distancia y el arquero boliviano mandó la pelota al córner.
Finalmente, Di María tuvo la más clara opción en un mano a mano que Lampe salvó de manera espectacular.
Bolivia reaccionó de la mejor manera, y en un rápido contragolpe Escobar envió un centro desde la derecha y Arce cabeceó ante la salida de Romero, para marcar el tanto boliviano que llegó con mucha paciencia, pero con justicia.
En el complemento, Bolivia fue mucho menos que en la etapa inicial. Luego de una gran jugada de Jorge Flores, Martins reventó el arco de Romero sobre los siete minutos y con el 2-0 a favor todo apuntaba a que el equipo se iba a envalentonar en la cancha, pero sucedió todo lo contrario. La Verde se conformó con la diferencia, retrocedió sus líneas y le cedió toda la iniciativa a Argentina, que afortunadamente para la Selección no tenía la contundencia ofensiva de otros seleccionados que llegaron al Siles.
Marcos Acuña, Sergio Agüero y Lucas Pratto intentaron inquietar a Lampe, pero el golero y la defensa soportaron el asedio albiceleste. Bolivia terminó jugando con la cabeza y se quedó con las tres unidades para celebrar con la gente que llegó al Siles y que festejó de mucho tiempo un triunfo.
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