Iniciado en 1930 con 13 equipos, ampliado a 24 en 1982 y con 32 a partir de 1998, el Mundial de fútbol crecerá aún más y pasará a disputarse a partir de 2026 con 48 selecciones.
Esa cifra de participantes era, para Gianni Infantino, el sucesor del Joseph Blatter al frente del órgano rector del fútbol mundial, la ideal para aumentar el interés deportivo de uno de los espectáculos más populares del mundo, al dar la oportunidad a países no tan potentes a nivel futbolístico para clasificarse para este torneo.
Infantino puso como ejemplo a Gales o Islandia en la última Eurocopa, en la que se convirtieron en animadores de un torneo que se amplió a 24 participantes por voluntad de Michel Platini, ex jefe de la UEFA… y de Infantino, que era su secretario general.
"Me parece una idea fantástica", se entusiasmó Diego Maradona el lunes al término de un partido que reunió a ex jugadores, disputado en la sede de la FIFA, en la víspera de un voto crucial para la ampliación del formato del Mundial desde 2026.
"Eso dará más posibilidades a más países que nunca habían alcanzado este nivel de la competición", añadió Maradona, que hace un año no apoyó la candidatura de Infantino a la presidencia de la FIFA.
El nuevo formato, con 16 grupos de tres países cada uno, en el que los dos primeros se clasificarán para 16.º de final, supone un ingreso adicional para la FIFA de 640 millones de dólares (605 millones de euros) con respecto a los beneficios previstos para Rusia 2018 con 32 participantes, según un informe confidencial del propio organismo que pudo ser consultado por la AFP.
Los ingresos por derechos televisivos aumentarían en 505 millones de dólares y los derivados de la mercadotecnia en otros 370 millones, según este análisis transmitido a los miembros del Consejo. Al mismo tiempo, subirían los costos de la organización, pero el torneo se podría celebrar en 12 estadios, al igual que en 2018.
Más interés deportivo e ingresos
Estas cifras, no obstante, hay que tomarlas con pinzas, ya que las previsiones que la FIFA hizo para Rusia 2018 difícilmente se alcancen, puesto que dos grandes patrocinadores del organismo no han sido sustituidos y el ex director financiero, Markus Kattner, cesado posteriormente, alertó del descenso de ingresos.
Infantino logró imponer su idea pese a la oposición de la mayoría de grandes clubes europeos, que veían de mala manera el tener que ceder a sus jugadores, ya muy solicitados por sus selecciones, para un torneo que pasaría de 64 a 80 partidos, aunque seguiría durando 32 días.
El nuevo presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, tampoco apoyaba la reforma de un Mundial que "funciona" con el actual formato de 32 equipos.
En cambio, los presidentes de los dos grandes del fútbol español, Florentino Pérez, del Real Madrid, y Josep Maria Bartomeu, del Barcelona, apoyan el cambio y le dieron el visto bueno.
"Si el formato que (Infantino) propone prospera, será seguro algo bueno para los clubes y para el fútbol en general", declaró Pérez recientemente en una entrevista a la AFP.
La decisión se tomó esta mañana y entrará en vigencia en la Copa del Mundo de 2026 tras la aprobación de la treintenta de miembros del Consejo oficial que representaron al conjunto de 211 federaciones del planeta.
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