Todo parecía indicar que el público chileno había entendido el mensaje de no gritar consignas ofensivas contra Bolivia, razón por la cual Chile debió jugar en el Estadio Monumental y no en el Nacional. Sin embargo, el respeto inicial al himno boliviano fue sólo una ilusión de lo que vendría después.
Con el correr de los minutos, buena parte de los 40 mil hinchas que llegó al estadio inició cánticos xenófobos (“Olé, olé, olé, olá, el que no salta no tiene mar”) y también gritos contra el arquero Carlos Lampe en cada ocasión que ejecutó un saque de meta. “Puto”, fue el epíteto favorito.
La situación obligó al locutor del estadio a advertir al público de esta conducta. Sin embargo, el mensaje no hizo efecto y los fanáticos continuaron con su conducta. Arturo Salah, presidente de la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional - Chile), se mostró muy incómodo y enojado por este episodio, que probablemente tendrá consecuencias, pues la Selección de Chile arriesga perder la localía en los próximos partidos eliminatorios. /La Tercera, Chile
miércoles, 7 de septiembre de 2016
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