martes, 17 de mayo de 2016
El fútbol le dio otra chance a Bruno Martínez
Fortalecido; así se encuentra el juez de línea Bruno Martínez, después de que el 31 de agosto de 2014 fuese apuñalado en la espalda por hinchas de Universitario en los alrededores del estadio Patria, en Sucre. La causa de la agresión fue la impotencia por la derrota del equipo estudiantil frente a Bolívar (1-2).
El suceso vandálico que no afectó ningún órgano vital, para fortuna de Martínez, se reflejó en todo el país, pero las investigaciones finalmente no pudieron dar con los responsables del reprochable hecho.
Martínez, de profesión abogado, recuerda ese pasaje complicado como una anécdota más, que lo ayudó a sobresalir personal y profesionalmente para seguir en el oficio que más le gusta: el arbitraje.
De esos sucesos, entre risas, el asistente orureño recuerda que en la semana de recuperación, varios familiares, especialmente su hijo mayor (Gabriel), quisieron convencerlo para que abandonara el referato, pero Martínez siguió adelante con su pasión y, más bien, espera que algunos de sus sobrinos sigan sus pasos. “Por suerte no hubo una afectación grave. Uno debe encarar las cosas como vienen. Muchos deportistas pasan difíciles situaciones, a mí me tocó pasar y lo encaré, porque en realidad lo que más quiero es seguir sirviendo a este deporte porque el arbitraje es lo que amamos”, dijo.
Después de ese hecho, el juez de línea orureño siguió dirigiendo en la Liga, volviendo a un partido precisamente en Sucre, después de seis meses. Al ingresar al terreno de juego recibió el saludo del arquero de Universitario, Marcelo Robledo, que le dijo lo siguiente: “Profe, va a disculpar, es la gente extraña”, y Martínez solo atinó a agradecer el gesto y el aliento del veterano guardameta.
La pasión de Martínez por el arbitraje nació de casualidad. Cuando cursaba el segundo año de la carrera de Derecho, en la Universidad Técnica de Oruro, decidió acompañar a su amigo Raúl Ajata para obtener datos sobre un curso para árbitros en Oruro. El costo era de Bs 20, el cual Martínez pagó, pero su colega se desanimó.
Luego de tres meses de cursos teóricos, por la noche, y un mes de práctica, en cancha, Martínez empezó su carrera conduciendo partidos como árbitro en las divisiones inferiores de la Asociación de Fútbol de Oruro (AFO), para después ir progresivamente subiendo de categoría.
Por su baja estatura (1,65 metros), el asistente orureño, de 41 años, no pudo optar a postular para árbitro de primera, pero sí lo hizo para ser juez de línea, teniendo más oportunidades de llegar a dirigir en la Liga.
Debutó en 2005, en el partido entre Iberoamericana y Real Potosí, con el arbitraje de René Camargo y su colega René Coca. “Aún recuerdo el horario, eran las 11:30 en el estadio de Tembladerani”. Tres días después, Martínez rindió con éxito su examen de grado obteniendo el título de licenciado en Derecho.
A pesar del hecho en Sucre, que lo dejó marcado, Martínez todavía siente la adrenalina del oficio, sobre todo cuando los partidos son a estadio lleno. “Me entra una energía que de por sí no me agota, encima con la hinchada que te grita. Es una fiesta deportiva donde uno se alegra y se desvive”, comentó.
Durante su carrera, el juez orureño estuvo en tres partidos de definición de campeonato: Aurora-Blooming (29 de octubre de 2008), Wilstermann-Aurora (10 de junio de 2010) y Universitario-The Strongest (23 de diciembre de 2011). De igual forma, tuvo presencia en dos clásicos paceños, ida y vuelta, entre Bolívar-The Strongest (4 y 8 de diciembre de 2011).
De todo su recorrido, Martínez considera que el estadio más peligroso es el Gilberto Parada, de Montero, por la proximidad que hay entre la malla de seguridad y el campo deportivo, donde uno puede ser alcanzado con objetos contundentes.
Otro susto en su carrera lo sufrió en Cochabamba en un partido que jugaba Wilstermann. Aquella vez casi fue alcanzado por una bolsa con hielo. “Por eso nos recomiendan estar siempre en constante movimiento”, afirma.
De toda su vida profesional, Guery Vargas fue el árbitro con el que más partidos trabajó y a quien tiene respeto por su forma de coordinar antes de los partidos.
Su presente y futuro
El último partido de Martínez en este torneo Clausura fue entre Oriente Petrolero y Bolívar, el 16 de marzo pasado, con triunfo de los refineros por 3-2 en Santa Cruz.
Por el momento, el orureño no se puso fecha de retiro y espera llegar a los 50 años en el referato, si la parte física y el cuerpo se lo permiten. El próximo 6 de octubre cumplirá 42 años.
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