Una tormenta de fútbol al más alto nivel con Lionel Messi, James Rodríguez y Arturo Vidal se desplegará en junio en la Copa América Centenario en Estados Unidos, con 16 selecciones de un continente que comienza a dar señales de vida tras el escándalo de corrupción de la FIFA que diezmó a sus dos confederaciones.
La inédita Copa América Centenario, que por primera vez se disputa fuera de Sudamérica, cae como anillo al dedo a selecciones como Argentina, México o Estados Unidos, pero resulta un peso para otras como Brasil, Chile y Uruguay.
Los de Lionel Messi tendrán una oportunidad rápida para salir de la sequía de títulos que ya lleva 23 años, apenas un año después de caer en la final de la Copa América-2015 ante Chile y a dos años de la derrota ante Alemania en el partido decisivo del Mundial-2014.
Si se midiera por los goles que sus delanteros anotaron en las ligas europeas, la albiceleste ya tendría gran parte del camino recorrido hacia la final del 26 junio en el estadio MetLife de Nueva Jersey.
Entre Messi (26 goles con el Barcelona), Gonzalo Higuaín (36 con el Nápoles) y Sergio Agüero (24 con el Manchester City) suman la friolera de 86 tantos, pero los tres son muy diferentes con la albiceleste, a tal punto que su goleador en la clasificatoria sudamericana a Rusia-2018 es el lateral Gabriel Mercado y con solo dos goles.
En cambio Chile, en solo 12 meses pone en juego un reinado continental que logró en casa por primera vez en su historia y arranca el torneo reeditando la final de 2015 con Argentina, los dos favoritos del Grupo D que completan Panamá y Bolivia.
Poco tiempo para disfrutar de un lauro que le dio una generación dorada comandada por el volante Vidal (Bayern Munich), el delantero Alexis Sánchez (Arsenal) y el portero Claudio Bravo (Barcelona).
Con nuevo entrenador, el argentino Juan Antonio Pizzi, Chile quiere consolidar su gran salto de calidad basado en ese trío que brilla al más alto nivel en Europa, cuyo arquitecto fue el orientador Jorge Sampaoli, eyectado este año de su cargo por desaguisados financieros.
Rio, no EEUU
Brasil tiene la cabeza en Rio de Janeiro-2016. Neymar, su máxima estrella, no viajará a Estados Unidos y estará en la ciudad carioca para encabezar el gran objetivo de ganar por primera vez la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, la única que el pentacampeón mundial no tiene en sus vitrinas.
Sin embargo, una presea dorada en los Juegos Olímpicos sería un premio consuelo por la humillación sufrida en su Mundial en 2014.
El orientador Dunga hace equilibrio y si Brasil suma otro fracaso en la Copa América estará muy cerca del impeachment, aunque le ha tocado una llave accesible con Ecuador, Haití y Perú en el Grupo B.
México es otro de los seleccionados que se frota las manos: con millones de compatriotas residiendo en Estados Unidos, el Tri puede considerarse local en un país donde la gran mayoría del público anfitrión es indiferente al torneo.
Para los de Juan Carlos Osorio es el escenario ideal para dar el salto internacional al competir con selecciones sudamericanas que entre todas suman 9 títulos mundiales.
México es habitual invitado al certamen continental pero hasta ahora iba con equipos de sustitutos porque se enfoca en la Copa de Oro de la Concacaf, en la que su único rival es Estados Unidos, además de las sorpresas que siempre surgen en estos certámenes.
Una situación parecida tiene Estados Unidos, con el agravante de que el fútbol masculino no termina de prender en ese país y está en el cuarto o quinto lugar de las preferencias deportivas.
Al igual que México, el seleccionado que dirige el alemán Jurgen Klinsmann puede salir de la limitada órbita de la Concacaf para intentar ganar en competitividad apuntando a mejores desempeños en Mundiales.
Luis Suárez, en duda
Uruguay, rival de México, Jamaica y Venezuela en el Grupo C, está en vilo en espera de si podrá contar con su gran figura, Luis Suárez, que se retiró con una lesión muscular el domingo durante la final de la Copa del Rey y su presencia en la Copa América está en duda.
Suárez llegaba al torneo en plena luna de miel con el gol, fresquitos los 40 tantos convertidos en el Barcelona en la Liga española que lo llevaron a ser el máximo artillero de Europa, y con su compadre Edinson Cavani con sed de venganza tras un pálido semestre en el Paris Saint-Germain, el campeón francés.
Pero su técnico, el veterano Oscar Tabárez, no se ve muy entusiasmado con la edición de los 100 años de la Copa América, pese a que Uruguay tiene el desafío de defender el gran palmarés como el seleccionado que más veces ganó el certamen, con 15 títulos, amenazado por Argentina con uno menos.
Colombia, en cambio, necesita de la Copa América para afianzar un recambio generacional que lideran James Rodríguez (Real Madrid), Carlos Bacca (AC Milán) y Juan Guillermo Cuadrado (Juventus).
Más fútbol, menos escándalos
La magia de las figuras en la Copa América Centenario busca también dejar atrás el gran escándalo de corrupción de la FIFA, que descabezó a la Conmebol (Sudamérica) y la Concacaf (Norte, Centroamérica y el Caribe), las dos confederaciones del continente.
Los tres últimos presidentes de la Conmebol (Nicolás Leoz, Eugenio Figueredo, Juan Ángel Napout) así como tres hombres que dirigieron la Concacaf en los últimos años (Jack Warner, Jeffrey Webb, Alfredo Hawit) se vieron inmersos en el huracán judicial.
El paraguayo Alejandro Domínguez, elegido en enero al frente de la Conmebol, y el canadiense Victor Montagliani, designado este mes en la Concacaf, están enfocados en adoptar medidas para recuperar la confianza y la credibilidad gravemente dañadas con la meta de que en el continente se vuelva a hablar de fútbol y no de los tribunales.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Copa América Centenario, una tormenta de fútbol para un continente golpeado
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