En 59 años de historia de partidos por eliminatorias mundialistas, entre Bolivia y Argentina —mañana se cumplirá un nuevo capítulo en Córdoba camino a Rusia 2018—, varias han sido las estrellas argentinas contra las que la Verde ha jugado. Desde el legendario golero Amadeo Carrizo, en 1957, hasta Lionel Messi, considerado el mejor jugador del mundo de la actualidad, y cuya presencia está garantizada en el encuentro de este martes.
La Paz y Buenos Aires siempre han sido escenario de los choques entre argentinos y bolivianos, aunque ahora por primera vez jugarán en Córdoba, en el estadio Mario Alberto Kempes.
La estadística marca una superioridad argentina, ya que ganó 11 (61%) de los 18 enfrentamientos, Bolivia se impuso en cuatro (22%) y tres encuentros terminaron igualados (17%), uno de ellos en el último partido entre ambos (Buenos Aires, 11 de noviembre de 2011).
En el primer choque eliminatorio, que se jugó el 6 de octubre del 57 en el antiguo Hernando Siles para el Mundial de Suecia 1958, Argentina contó con el joven golero Amadeo Carrizo, quien con el paso de los años se convirtió en uno de los emblemáticos del fútbol de su país.
Ocho años después, en 1965 para Inglaterra 1966, una de las figuras de los rioplatenses era el polémico Antonio Ubaldo Rattín; en ese equipo también jugaban Luis Artime, Ermindo Onega y Silvio Marzolini.
En 1969, rumbo a México 70, el equipo argentino lo integraban el recordado Roberto Perfumo, además Rattín y Marzolini.
En 1973, volvieron a enfrentarse. Para el partido en La Paz, Argentina se presentó con la denominada “selección fantasma”, que según los medios de ese país, “era un seleccionado olvidado por la AFA y el periodismo, que se entrenó varias semanas en la altitud y, finalmente, logró un importante triunfo que lo impulsó al Mundial de 1974 en Alemania”.
En ese equipo, integrado por una mayoría de desconocidos, jugaban dos futbolistas que con los años se convirtieron en ídolos del fútbol argentino: Mario Alberto Kempes y Ricardo Bochini.
En 1995, después de 23 años del último choque, bolivianos y argentinos volvieron a verse las caras, esta vez rumbo a Francia 98, y en el equipo argentino estaban jugadores de la talla de Juan Pablo Sorín, Javier Zanetti, Sebastián Verón, Gabriel Batistuta, Claudio Caniggia, Ariel Ortega y
Diego Simeone, entre otros. Salvo Caniggia, el resto volvió a jugar con Bolivia en la previa de Japón Corea 2002.
Para las eliminatorias de Alemania 2006 integraron la selección albiceleste Hernán Crespo y Andrés D’Alessandro, entre otros.
Más cerca, para Sudáfrica 2010, la lista de figuras la encabezaba Lionel Messi, quien jugaba con Juan Román Riquelme, Carlos Tévez y SergioB Agüero. Hace cinco años no estuvieron Riquelme ni Tévez, pero sí Ezequiel Lavezzi.
La nómina de astros argentinos en partidos por la fase previa de una Copa del Mundo frente a Bolivia no incluye al gran Diego Armando Maradona como futbolista, pero sí como director técnico. La Verde lo enfrentó en 2009, el 1 de abril, el día del histórico 6-1 en el Hernando Siles.
Un escándalo rumbo a Francia
Marcos Bonilla
Los choques entre bolivianos y argentinos por eliminatorias sudamericanas se empañaron con un escándalo en el partido de vuelta por las eliminatorias para el Mundial de Francia 98.
El cotejo se jugó el 2 de abril de 1997 en La Paz. Bolivia se impuso 2-1, con goles de Marco Sandy y Fernando Ochoaizpur, actual asistente técnico de The Strongest. Para Argentina descontó Néstor Gorosito.
El resultado, sin embargo, pasó a segundo plano, pues minutos antes de la finalización se produjeron incidentes que derivaron en un intercambio de golpes de parte de los integrantes de ambas selecciones.
El delantero argentino Julio Cruz fue el principal protagonista no por su desempeño en el campo de juego, sino porque recibió un golpe cobarde de parte del chofer del bus de la selección boliviana en el pómulo derecho; sin embargo, minutos después apareció con la cara ensangrentada por un corte en el lado izquierdo.
Unas semanas después el técnico argentino Daniel Alberto Passarella asumió la responsabilidad. El corte fue producido con un bisturí de los propios argentinos y no fue consecuencia de la riña. El hecho fue calificado como “escandaloso y vergonzoso”.
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