A inicios de 2004 llegó a Santa Cruz un delantero argentino, flaquito y escurridizo pero de temple, al que con el paso del tiempo la gente lo identificó plenamente como Martín Adrián Palavicini. Pasaron 11 años desde que abandonó su Rosario natal en busca de un sueño y nunca más se fue. Aquí conoció a Dios y a su esposa.
Su carrera profesional en Bolivia la inició en Real Santa Cruz, donde duró apenas un año, y de ahí para adelante es historia. Jugó también en Oriente Petrolero, San José, Real Mamoré y Petrolero del Chaco. Desde 2013 está ligado a Universitario, donde brilla con luces propias a pesar de sus años. En 2012 sufrió una descarga eléctrica que por poco pone fin a su carrera. Esa triste experiencia cambió su vida y hoy vive para contarla.
¿Quién era Martín Palavicini antes de llegar a Bolivia?
A los 5 años empecé jugando en Estrella Federal, en Rosario; después, a los 16, me pasaron a las inferiores de Central. Ahí quedé libre porque habían muchos jugadores y tuve que buscarme equipo. Me fui a jugar a un pueblo que se llama Unión de Álvarez (a 40 km de Rosario), hasta mis 23 años. Jugué en la liga rosarina para Olimpia y Estrella Azul hasta cuando me vine a Bolivia. Llegué en 2003 para jugar los últimos partidos en Deportivo Cooper, de la Primera A, y me tuve que volver a Rosario. A inicios de 2004 mi representante Dante Clavijo me preguntó si quería volver a Bolivia para jugar en Real Santa Cruz y le dije que sí. Así empezó mi vida por los estadios de este lindo país.
¿Cómo haces para mantenerte vigente a la edad que tienes?
Principalmente Dios, porque él me da las fuerzas para seguir. Cuando jugaba en Oriente y San José llevaba una vida no correcta, tomaba, salía, pero gracias a Dios me fui a Real Mamoré en 2010 y allí pasaron muchas cosas; a mi suegra le agarró una embolia y luego me quedé seis meses sin jugar cuando no arreglé en 2011 con Mamoré después de salvar el descenso con Real América.
¿Tuviste una mejor temporada que esta que terminó?
No tanto. Cuando estaba en Oriente, con Arce y Castillo, también me fue bien, hacía goles pero no tantos como ahora.
¿Cuántos goles marcaste en los 11 años que llevas jugando en Bolivia?
Uhhh, debo tener más de 100, seguro. No acostumbro a llevar la cuenta, tantos años, en Universitario me dicen el prehistórico porque llevo más de 40 goles.
¿Te molesta que te digan prehistórico?
No, porque me lo dicen con cariño, Marco Andia es uno de ellos, también me dicen El Interminable.
Junto a Darwin Peña eres el jugador con más edad del fútbol boliviano, ¿cuántos años más piensas jugar?
Hasta cuando Dios me dé fuerzas, él tiene la última palabra. Cuando Dios decida que es el momento de parar, ese será mi último día.
¿Puedes llegar a los 40?
Puede ser, yo pienso que sí, porque el 15 de agosto del próximo año voy a cumplir 39 años. Si Dios me da más años de vida y más fuerza seguro llego a los 40, o tal vez más.
¿Te da tiempo todavía para pensar en la selección o ya perdiste todas las esperanzas?
Siempre pienso en eso, es mi anhelo luego de tantos años jugando en Bolivia; sería lindo que se dé algún día, pero si no es posible, igual soy feliz.
DATO
Las frases
“No hice plata cuando era joven, y ahora que estoy más viejo recién estoy haciendo plata”.
“Debo tener más de 100 goles, seguro. No tengo la costumbre de llevar la cuenta de mis goles”.
“Es mi anhelo luego de tantos años jugando en Bolivia; sería lindo que se dé algún día, jugar en la selección, pero si no es posible, igual soy feliz”.
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