Poco fútbol. Mucha garra y "patriotismo”. El resultado lo dice todo. La Selección cayó en su debut de las Eliminatorias ante el equipo uruguayo que mostró la experiencia de sus jugadores cuando tuvo la oportunidad de dañar la endeble defensa nacional.
En los primeros minutos la actitud de la Selección fue sobrepasada por la precisión de los visitantes, que en tres toques llegaron sin problemas al pórtico de Daniel Vaca, que fue uno de los grandes responsables para que la Verde no caiga por un marcador más amplio. Los errores de cobertura se pagaron caro en el minuto 10, cuando otro pelotazo de la defensa uruguaya es bien pivoteado por Abel Hernández, que ganó en el salto a Edward Zenteno y definió ante Vaca. El portero atajó pero la pasividad de la defensa nacional dejó el camino libre para la definición de Martín Caceres.
Tras el tanto, los uruguayos retrocedieron líneas, pero el equipo dirigido por Julio César Baldivieso, pese a ser el dueño del balón, no pudo ser nunca el equipo certero a la hora de la construcción de jugadas de peligro, no encontró la colectividad necesaria para hacer daño. La más clara fue de Yasmani Duk, luego de pelear un balón que parecía perdido. Por momentos apareció la actitud que se reclama habitualmente a los nacionales.
La idea de generar más fútbol ofensivo en el segundo tiempo con el ingreso de Óscar Díaz se perdió con el transcurso de los minutos. El partido se volvió cuesta arriba para el equipo nacional, que comenzó a jugar contra la desesperación y una defensa cerrada, que mostró su oficio en el césped del estadio Siles.
Los cambios no dieron el resultado que se buscaba, ya con el partido en el momento más difícil Baldivieso ordenó la entrada de Damián Lizio en lugar de Alejandro Chumacero, el volante de Bolívar no mostró mucho, se notó la falta de ritmo futbolístico tras la lesión que lo dejó fuera en las últimas fechas ligueras.
El momento que ingresó Rudy Cardozo llegó el segundo tanto uruguayo, tras otro error defensivo y de cobertura, dejando a uno de los mejores cabeceadores del mundo, Diego Godín, sin marca. El segundo gol cayó como balde de agua fría y las oportunidades de gol ya fueron pocas contra el típico equipo visitante, que aprovechó cada pelota parada para perder tiempo.
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