Julio César Baldivieso anticipó el viernes, en conferencia de prensa, la probabilidad de hacer varios cambios en la alineación con respecto a la que utilizó frente a Uruguay (0-2) el jueves en La Paz para el partido del martes 13 contra Ecuador en Quito, y ayer cumplió moviendo varias fichas, entre ellas la llamativa presencia del joven Sebastián Gamarra, jugador del equipo Primavera del Milan italiano.
Las puertas cerradas del estadio Hernando Siles no impidieron ver —aunque hubo bastante dificultad— algunos cambios que el seleccionador nacional empezó a probar. De todas maneras la decisión final la tomará quizás hoy, en otro entrenamiento reservado en el mismo escenario, o por último mañana, ya en Quito —en el ensayo de reconocimiento del campo de juego del estadio Atahualpa—, a donde la delegación viajará este lunes temprano.
Según un comunicado de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), la práctica sirvió para “delinear el perfil táctico a ser empleado en la primera presentación fuera de casa” de las eliminatorias en Sudamérica rumbo al Mundial Rusia 2018.
En la línea del medio campo en la que puso a Alejandro Chumacero, Wálter Veizaga y Raúl Castro (con el rendimiento de dos de ellos no estuvo conforme, según expresó luego de la caída ante los charrúas) apareció Gamarra, quien solo en una ocasión vistió la camiseta Verde y fue en un amistoso ante Argentina en San Juan previo a la Copa América. Después, aunque fue a Chile, no jugó ningún partido de ese torneo.
Otra novedad emergió con la inclusión en el arco de Carlos Lampe. Quizás Baldivieso está pensando en lo grandes de tamaño que son los ecuatorianos y de alguna manera contrarrestar eso con un golero del mismo porte.
Asimismo, ayer probó una defensa en la que no estuvo el experimentado Edward Zenteno (el jugador evitó hacer declaraciones en la previa de la práctica y fue difícil establecer quién estaba en su lugar). Puso, además, como lateral izquierdo a Leonel Morales —el cambio casi cantado por la ausencia, por expulsión de Jair Torrico—, y mantuvo tanto a Juan Carlos Zampiery, por la banda derecha, como a Fernando Marteli en la zaga.
También hubo una variante en la ofensiva, con Gilbert Álvarez —otro elemento de buena estatura en el seleccionado— en vez de Yasmani Duk, mientras que permaneció en el juego Juan Carlos Arce. Tras la labor de calentamiento, dirigida por el preparador físico Alejandro Nordio, el DT armó dos equipos y puso en marcha un partido de fútbol en el estadio Siles.
Los datos
Gimnasio
Ayer, en horario matinal y por más de una hora la selección nacional realizó una tarea en el gimnasio.
25 jugadores
La delegación boliviana que irá a Ecuador estará integrada por los 25 jugadores que están concentrados, además de un nutrido grupo de dirigentes.
El último
La Verde cumplirá esta tarde en el Siles el último entrenamiento en el país. Se anticipó que será a puertas cerradas.
Mucho cuidado con el juego por las bandas
La selección boliviana tendrá especial atención con el juego por las bandas y también el juego aéreo de Ecuador, consecuencia de la fortaleza física de la mayoría de sus integrantes. Los jugadores nacionales coincidieron ayer, antes de iniciar la práctica vespertina en el Siles, que el martes en Quito se van a enfrentar a un equipo fuerte físicamente, que tiene mucha velocidad y aprovecha esa virtud para hacer daño por los laterales.
“Son rápidos por las bandas, tienen varios jugadores explosivos y trataremos de controlarlos lo mejor que se pueda”, manifestó ayer Juan Carlos Arce, quien, de acuerdo con los observado en la víspera, será uno de los hombres de ofensiva. Similares conceptos expresaron Damián Lizio y Juan Carlos Zampiery.
El defensor central Fernando Marteli dijo además que Bolivia deberá tener mucho cuidado con el juego aéreo ecuatoriano “porque tiene jugadores muy altos, así que tenemos que estar cerca en la marca para no darles espacios y tampoco permitirles que arranquen”.
No obstante las cualidades de Ecuador, sumadas al triunfo del jueves sobre Argentina en Buenos Aires (0-2), los nacionales se mostraron optimistas en tener una buena producción y no regresar con las manos vacías.“Hemos jugado hace poco, en la Copa América, se pudo ganar y era el mismo equipo, así que tengo mucha fe”, dijo Lizio.
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