"La Conmebol defiende a Chávez porque es un incondicional, es el tesorero; él sabía perfectamente dónde iba a parar el dinero que se generaba e ingresaba. Por eso me encanta que la justicia boliviana lo tenga preso, porque él le hizo mucho daño al fútbol, es una persona corrupta”, dijo Chilavert a Página Siete.
El polémico exarquero también señaló: "Me encanta que Chávez esté preso porque era el cerebro de la distribución de los dineros de las coimas y del dinero de la Conmebol”.
En ese sentido, se sabe que Chávez espera que Chilavert responda por lo que habló, pues está cansado de las agresiones que viene recibiendo desde que fue detenido preventivamente el 22 de julio. A pesar de estar en la cárcel, el titular de la FBF no tiene impedimento para realizar trámites administrativos, por lo que la demanda la harán los abogados en Asunción.
100 días en la cárcel
Hace 100 días que Carlos Alberto Chávez, custodiado por personal de seguridad, ingresó por primera vez al penal de Palmasola tras decisión del juez Roberto Valdivieso luego de la cautelar realizada en Sucre.
Quienes lo han visitado últimamente lo han visto más flaco, pero animado, sobre todo luego del espaldarazo que le dio la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) que lo reconoce como único presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) tras las observaciones al apego legal de los estatutos del actual comité ejecutivo que preside Marco Ortega.
No se desliga del fútbol, asiste a los partidos del torneo interno (participan equipos como Milan y Real Madrid) y se siente gustoso cuando exjugadores de la Liga juegan con los internos. Hace unos días se lo vio junto a Alberto Lozada en una fotografía que circuló por las redes sociales junto a un grupo de exfutbolistas que pasaron y lo saludaron. Su anterior aparición fue a través de otra foto que circuló con él vestido con la camiseta de Juventus y jugando billar con otros internos. Lee bastante y los periódicos del país son lo primero. Las fuentes dicen que sufre por sus familiares que lo visitan casi a diario, aunque tienen que pasar por un sector de unos 60 metros donde internos de otros pabellones se les acercan para pedirles dinero. Aunque el camino ya lo conocen, deben ser guiado por un "taxi” (uno de los internos) al que le pagan Bs 5.
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