El talentoso a través de las gambetas y el visionario de las jugadas ofensivas en los años 70 y parte de los 80, Ovidio Messa, dice que es muy triste constatar que no se hizo labores de estructura ni planificación para que el fútbol boliviano mejore.
— A menos de un mes de las eliminatorias, ¿cómo ve a la selección?
— Lamentablemente seguimos en donde estuvimos todos estos años, abajo. No sé qué tanta esperanza puede haber. Yo sé que los jugadores le pondrán ganas, el técnico mucho trabajo, pero no basta un mes o 15 días de prácticas. Si en serio queremos apuntar a un objetivo es con una gran planificación.
— ¿Usted sabe de alguna planificación macro para el fútbol?
— No. No sé de un proyecto que hable de cómo hacer las cosas desde el cimiento hasta colocar el techo. Tantos años en esto del fútbol en Bolivia y no hemos avanzado un metro porque no hay un proyecto.
— ¿Cómo encarar lo que viene según nuestra realidad?
— Seguramente trabajar en la cabeza del jugador y en los días que se tengan. Ojalá se le gane a Uruguay y también otros partidos, pero esa no es la solución, porque la formación, las escuelas, las canchas, la tercera y cuarta seguirán sin un lugar.
— ¿Ve material humano para jugar y encarar el proceso?
— Mirá, estuve en el Chaco como nueve meses, vi grandes proyectos de jugadores, pero quién los apoya para hacer un proceso. Entonces hay buena materia prima, sin embargo no se la trabaja y no sirve para nada.
— ¿Y qué de los jugadores que ya están en el ámbito profesional?
— También hay buenos jugadores, pero la verdad no tenemos muchos en la competencia internacional. Dónde están nuestros jugadores, en qué ligas competitivas del mundo juegan. Los otros equipos sí los tienen y con eso marcan diferencia.
— ¿Cómo se imagina a la selección ante Uruguay?
— No sé, todo puede ocurrir. Ojalá que ganemos porque nos hace mucha falta. Ahora, desde hace muchos años hay selecciones que tienen miedo de venir aquí (por la altitud) y una de esas es Uruguay y otra Brasil, que siempre le temieron a La Paz, lo mismo Argentina, ellos no terminan de entenderla, aunque en los últimos años creo que se prepararon mejor y saben aguantar; igual no juegan al 100% y eso debemos aprovechar. Aún hay algo de ventaja natural que podemos explotar.
— ¿Es realmente una ventaja?
— Seguro, la sufren y les incomoda y nunca les ha gustado, y creo que nunca les va a gustar. Lo bueno es que nadie se ha muerto aquí, pese a que nos quisieron sacar. Y la verdad es que cuando nosotros íbamos al calor igual sufríamos: los pies hinchados, deshidratados, dolor de cabeza y es lo mismo. Lo principal es buscar el equipo y a los hombres ideales para La Paz.
— ¿En lo futbolístico son demasiadas las diferencias?
— Uruguay no tiene a Luis Suárez, Forlán ya no está, pero es un equipo con buena formación de futbolistas y eso lo hace siempre de cuidado, pero uno debe creer en lo nuestro y pelearla. El fútbol es así, desigual, pero no siempre está arriba el mejor o el más fuerte.
— Luego será Ecuador, ¿cómo analiza a esa selección?
— Está con el ojo en tinta de la Copa América y va a querer desquitarse, además hay que ver cómo viene del partido con Argentina; si pierde allá, con nosotros se querrá recuperar. Va a buscar vendetta, pero también será en la altitud de Quito, donde podemos jugar al contragolpe, aguantar bien, defendernos lo mejor posible. Será unas eliminatorias difíciles.
— ¿Se puede soñar con el Mundial de Rusia 2018?
— Todos sueñan y soñamos, hasta la selección que no tiene mucha chance se ilusiona, pero si llegamos al Mundial seguirán igual las cosas porque seguiremos sin planificar y todo lo que dije y critiqué hace rato.
— ¿Mejor es apuntar a Catar?
— Si y no. Es decir pensar en la planificación para largo plazo, pero también competir ahora, no podemos decir “no jugamos”. Debemos jugar y pelear con la ilusión de intentarlo, pero al mismo tiempo apuntar a tener los cimientos y las bases.
— ¿Qué hay que hacer hoy?
— Mirá, yo fui de la generación de jugadores fundadores de la Liga en 1977, que fue bueno en su momento, pero solo durante diez años, después ya no, porque la Liga mató todo lo de las bases. Yo pienso que se debe volver al sistema de antes cuando en La Paz habían diez equipos fuertes, en las otras ciudades igual, jugaban un semestre de manera local y luego se iba al Nacional. En ese sistema se tenía a unos 300 jugadores en competencia y había de dónde escoger. Era otra cosa, mucha competencia y una gran base.
— ¿Qué opinión le merece Baldivieso como entrenador?
— Hay que apoyar a Julio. Yo creo que él sabrá exigir y hacer que el equipo realmente corra mucho, pero volvemos a lo mismo, no tenemos un plan, un cimiento; podemos ir al Mundial otra vez, pero si no se habla seriamente de planes, trabajo, inversión será igual que en 1994, cuando fuimos al Mundial de Estados Unidos, nos creimos los mejores del mundo, pero en realidad seguíamos igual.
— ¿Recuerda cuántas eliminatorias jugó usted?
— Jugué tres, pero la más recordada es la de 1977, cuando le ganamos las eliminatorias a Venezuela y Uruguay, pero luego se inventaron una liguilla en Colombia, donde Brasil y Perú nos vencieron, y luego Hungría nos ganó también en La Paz y en Budapest. Por todo eso no pudimos ir a Argentina 78. Ya daba la impresión de que no les interesaba que vaya Bolivia.
— ¿Tiene algún recuerdo en particular de esos cotejos?
— Puede ser las victorias en casa, pero creo que el partido con Hungría fue inolvidable, porque el estadio se llenó como nunca, más de 55.000 espectadores, aunque se debe reconocer que los húngaros fueron muy superiores.
— ¿Cómo vivió su faceta de seleccionador nacional?
— Yo heredé una segunda etapa porque se fue el otro DT. En ese sentido me sentí disconforme porque las cosas ya estaban jugadas. Y por supuesto no tengo buenos recuerdos, pero todo eso fue por falta de planificación, no se cumplieron los procesos.
— ¿Qué es hoy The Strongest?
— No se olvida su estirpe, fuerza, garra, pelea siempre títulos y va a la batalla a darlo todo. Así era y así es. The Strongest siempre tiene lo suyo.
— Pero es juego suyo no iba con ese espíritu...
— Sí, porque el Tigre era de meter, de pelear con todo, y me tocaba hacer el juego de calidad, o sea eso no debe faltar en el Tigre. Creo que hace tiempo está Escobar, pero ya está grande y se debe pensar en alguien más.
— A esa falta de planes, ¿qué opinión le genera la crisis dirigencial?
— Es muy complicado. Cuando tendríamos que estar discutiendo qué plan de trabajo aplicamos para los siguientes cuatro u ocho años, las inferiores, las canchas, se está con los problemas y si el Gobierno no ayuda, esto va a ser mucho peor.
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