Datisa compró los derechos de cuatro ediciones de la Copa América, a un costo de 80 millones de dólares cada una. Pero, investigada por la justicia de Estados Unidos, tiene sus cuentas congeladas en Suiza y le debe a la Conmebol 45 millones de dólares de la actual de Chile.
“Nuestra capacidad económica está intacta, es evidente que previo al suceso lamentable teníamos un flujo de recursos económicos más que asegurados. Esto ha trastocado los movimientos económicos con la empresa con la que tenemos los derechos”, explicó Carlos Chávez, que además de tesorero de la Conmebol es presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Datisa -una compañía fusión de Torneos y Competencias, Traffic y Full Play, tres empresas con bases en Argentina (la primera y la última) y Brasil dedicadas a la comercialización de derechos de televisión- habría distribuido unos 100 millones de dólares en concepto de sobornos a miembros de la Conmebol.
La denuncia de la fiscal estadounidense Loretta Lynch, relató que a cambio de garantizar los derechos de transmisión de la Copa América Chile 2015, la Centenario de Estados Unidos 2016 y las dos subsiguientes (Brasil 2019 y Ecuador 2023), el presidente del organismo continental Juan Angel Napout recibió 7,5 millones de dólares, conforme a una distribución hecha en diciembre de 2013, según versiones de prensa.
“La Conmebol está limpia”, dijo Chávez que, ante una investigación abierta por la justicia boliviana, negó haber recibido algún soborno y defendió el “muy buen contrato” que firmaron con la empresa.
“No hay que hacer leña del árbol caído, Datisa no ha podido cumplir por algo que es un tema jurídico y judicial. Traffic, que antes tenía los derechos en solitario del evento, pagaba entre 17 y 19 millones de dólares y Datisa lo triplicó”, precisó.
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