En su larga vida en Copa Libertadores de América, Bolívar —que en su trigésima participación en el torneo internacional ha llegado hasta las semifinales— ganó solo una vez a un equipo extranjero por cinco goles de diferencia o más, el rival era el venezolano Minerven cuando el fútbol de ese país estaba considerado como la Cenicienta de Sudamérica.
Después de perder el miércoles en cancha del argentino San Lorenzo, que le metió cinco (5-0), para dar vuelta la historia y ser finalista, el cuadro boliviano necesita golear la próxima semana en La Paz (el miércoles 30) con el mismo score para forzar a una definición por la vía de los penales o por más para acceder directamente a los partidos por el título.
Ni bien terminó el cotejo en el Nuevo Gasómetro, el técnico de Bolívar, el español Xabier Azkargorta, trató de levantar el ánimo de sus jugadores tras la tremenda caída y empezar a mentalizarlos de que ellos también pueden ganar así como perdieron.
“Si San Lorenzo ha conseguido cinco goles acá, nosotros por qué no podemos convertir cinco goles en La Paz”, enfatizó el entrenador.
Tampoco el técnico de San Lorenzo, Edgardo Bauza, descartó que eso sea posible, aunque íntimamente en realidad debe creer que el asunto está cerrado a favor de su equipo. Sin embargo, para él solo se ha ganado el 50% de un partido que dura 180 minutos. “Ellos (los jugadores del conjunto boliviano) no se van a dar por vencidos”, advirtió.
Bolívar ha confrontado problemas para ganar sus partidos en la actual Copa Libertadores (ver página siguiente), mientras que en la historia de este certamen hay un solo resultado por cinco o más goles a su favor, el que logró el 7 de mayo de 1997, cuando superó al venezolano Minerven 7-0 en el estadio Hernando Siles.
Bolívar nunca ganó por 6-0, como tendría que hacerlo la semana que viene para pasar directamente a la final, tampoco por 5-0. Sí en tres ocasiones hizo cinco goles, pero también recibió tantos en contra, lo que en el siguiente partido no puede permitirse que ocurra, pues eso le favorecería al conjunto adversario.
En 2002, la Academia perdía por 1-5 ante el brasileño Atlético Paranaense. Había abierto la cuenta, luego el visitante le metió cinco, pero después Bolívar se repuso, hizo cuatro seguidos y éstos le llevaron a un épico empate 5-5 (goles de Miguel Mercado, dos de Horacio Chiorazzo, y a uno de Martín Lígori y Julio César Ferreira).
Según el exgoleador de la Academia, Joaquín Botero, que estuvo en ese lance, aunque también protagonizó un 5-2 a Peñarol en febrero de 2003, si bien la diferencia es grande, no hay por qué bajar los brazos, más bien hacer el intento de revertirla.
Recibió 15 goles en 11 partidos
En contra
En diez partidos anteriores a Bolívar le habían convertido también diez goles (promedio de uno por cotejo). En uno solo, el de semifinales, San Lorenzo le hizo cinco y subió a 15 los goles en contra de los celestes (1,5 por cotejo).
A favor
Bolívar convirtió 13 tantos en diez partidos (1,3 de promedio), siempre hizo por lo menos un gol, racha que se terminó al no poder convertirle a San Lorenzo en Buenos Aires. Su promedio a favor ahora es de 1,8 por encuentro.
Seis goleadores
Los 13 tantos de Bolívar fueron convertidos por seis jugadores. El español Juan Miguel Callejón hizo cuatro, a tres tienen Juan Carlos Arce y el uruguayo William Ferreira, quien se marchó al fútbol mexicano. Con uno están Ronald Eguino, el español Sánchez Capdevila y Ricardo Pedriel, que tampoco sigue.
Joaquín Botero: ‘Es difícil, pero no imposible’
Es uno de los mayores goleadores de la historia del fútbol boliviano. Su mejor época la tuvo en Bolívar. También actuó en San Lorenzo.
—¿Cómo ve la situación de Bolívar?
— Será un partido difícil, complicado, porque con cinco goles en contra no es normal. Creo que Bolívar tiene un buen equipo y jugando en La Paz puede ganar, seguro, pero ahora debe intentar golear.
— ¿Es posible hacer cinco?
— Sí, por supuesto. Cuando estaba en Bolívar hace años perdíamos con el Paranaense y pudimos empatarlo. Ellos seguro vendrán a meterse atrás y a contragolpear. Está difícil, pero no imposible, hay equipo para seguir en carrera.
— ¿Qué cree que pasó?
— Bolívar venía jugando bien, pero la pausa le hizo daño y le favoreció al rival. Ese receso pesó, le quitó ritmo y viendo el partido, creo que San Lorenzo no fue grandemente superior, los goles fueron pelotas paradas.
— ¿Cómo aprovechar la localía?
— Al máximo, primero que ellos ya llegan muertos, no quieren saber de la altura. Entonces nosotros tenemos que correr, presionar, desgastarlos, patear de lejos y marcar. Si se anota al inicio, puede abrirse.
— ¿Cómo puede el equipo levantarse en lo anímico?
— No es fácil, pero tiene que hacerlo, porque esto es fútbol y todo puede ocurrir. Aún tenemos que pensar en pelear y soñar con la final. No podemos dejarnos vencer.
— ¿Qué recuerda de su paso por San Lorenzo?
— Jugué en 2007, fue muy interesante, aprendí bastante, desde luchar siempre, en la cancha y en la tribuna. Por eso la afición en La Paz igual debe apoyar, tiene que ir al estadio. Los argentinos apoyan a sus equipos así pierdan goleados.
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