Blooming volvió a ser un dibujo, sin sorpresa, sin precisión, dormido por las bandas y un flan en el medio. Esto le permitió a su rival comérselo vivo, con Leandro Ferreira, Anderson Gonzaga y Daniel Manjón casi intratables por derecha. Los warneños jugaron una gran primera parte que les bastó para deshacerse de un rival falto de confianza, que se cayó rápidamente con el gol de vestuario que consiguió su rival.
Lo de ese primer tiempo fue un infierno para la visita. Blooming la pasaba mal; si a los 2’ ya perdía el partido luego de que Manjón marcara. Sport Boys comenzaba así su fiesta ante un rival que entró dormido, sin hambre, porque no hay otra forma de explicarse que a los 9’ el local pusiera el 2-0 con un perfecto tiro libre de Anderson. En ese mismo instante vino la primera recriminación de los hinchas hacia los jugadores pidiendo coraje, mayor entrega.
La academia no tenía sorpresa por los laterales (la falta de confianza de Maldonado y Áñez para proyectarse, influyó) y encima en el medio era un flan. Gómez, Ortiz y Valverde no presionaban, no quitaban y encima entregaban mal; para colmo a ese juego se introdujo Chávez. Los de Néstor Clausen en cambio eran un aluvión, sobre todo por derecha donde Manjón, Ferreira y por momentos Anderson encontraron una vía libre para penetrar.
Sport Boys estaba en vena y el mano a mano que se perdió Ovejero (23’) a pase de Anderson y tras falla de Valverde, avisaba lo que se venía. A los 35’ y en vez de que la visita reaccionara, Ferreira puso el 3-0 al sacar un zapatazo luego de que la pelota quedara botando tras un rebote y sin la reacción de la última línea, facturó. El gol provocó la ira: “jugadores, pongan h..., jugadores...” bajaba de las gradas. Los warneños con fútbol preciso y rápido pasaban por encima a su rival.
Sólidos atrás, con la salida rápida de Ferreira, Anderson y Ovejero el local hizo suyo ese primer tiempo y para cerrarlo con broche de oro puso el 4-0 (43’) con otro gol de Ferreira y tras gruesa falla de Gómez. Era lapidario; la imagen de ese primer tiempo fue la de los hinchas en avalancha insultando al equipo mientras Mauricio Soria pedía calma con las manos. Para Blooming era difícil lo que se venía.
Descuento, para nada
Es cierto que mejoró la academia en el complemento con Sandóval, primero, y después con el paraguayo Ayala, pero no bastaba. A los 60’ Gaitán le cometió un penal a Ayala y Almirón (61’) se encargó de cambiarlo por gol; era el 4-1 para un equipo que ya sabía su final por la desventaja.
De todas formas el resultado era manejable para Clausen, que optó por darle respiro a Ovejero introduciendo a Fierro. Más allá del descuento, Sport Boys no sintió la presión pese a que Soria pedía que hicieran participar más a Ayala. Manejó la pelota lejos del arco de Mercado y desde ahí intentó sorprender a Vaca.
Pudo aumentar con un cabezazo de ‘Chicho’ Justiniano pero tapó el arquero; lo que vino después fue esperar el final. Sport Boys hizo su tarea temprano
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